El concepto de mafia se emplea de un modo inapropiado en
Ceuta para nombrar actividades delictivas cometidas por
estructuras más o menos simples afincadas en la ciudad. Más
aún, en Ceuta no hay ni un sólo delincuente al que se le
pueda aplicar el término de mafioso, ni siquiera en su
conducta. Este término queda muy por encima de la actividad
que pudiera ejercer cualquier grupo delictivo que opere en o
desde Ceuta.
“Mafia sólo hay una, la que se instauró en Italia y se
extendió más tarde a Estados Unidos”, apunta José Luis
Torres, Jefe Superior de Policía Nacional en Ceuta en
declaraciones exclusivas a EL PUEBLO DE CEUTA. “Hay otros
métodos similares como la Jacuzzi en Japón, la Triada china
o la Camorra también en Italia”, recuerda.
Delicuencia organizada
La Policía en Ceuta lo tiene bien claro. El término mafia
está asociado a grupos muy numerosos, a control de la
población, control del poder político, reparto de tareas
concretas... “en Ceuta esto no se da”, contesta rotundamente
Torres; pero recuerda, “otra cosa es la delincuencia
organizada”.
De hecho, la convención de Naciones Unidas ha definido este
concepto que sí se adapta a lo que se realiza en Ceuta.
“Existe delincuencia organizada cuando más de tres se unen
para cometer delitos graves con ánimos de lucro o de poder
utilizando la violencia, estructuras comerciales, blanqueo
de capitales y permanencia en el tiempo... De estos sí
tenemos en Ceuta y los investigamos y perseguimos”.
Este tipo de delincuencia, aún latente, alcanzó su máximo
‘esplendor’ entre los finales de los años 80 y la década de
los 90.
Su actividad, el narcotráfico, propició una burbuja
económica [ficticia] basada en capital blanqueado que dotó a
la ciudad de un serio movimiento dinerario y una aparente
sensación de dinamismo.
Hoy en día siguen existiendo organizaciones delictivas, en
menor escala, que continúan basándose en el tráfico de
hachís y, ahora, en la inmigración ilegal como alternativa
al cerco policial [es más barato penalmente].
La reducción de actividad ilícita ha propiciado un aumento
considerable de desempleo y ha restado a un buen número de
individuos [de manera exponencial] recursos económicos, lo
que implica en la actualidad un problema de índole social
por no ser mano de obra especializada y no haber accedido,
la mayoría, a estudios mínimos que les capaciten, de algún
modo, al desarrollo de alguna actividad laboral. En
cualquier caso, trabajos poco remunerados en comparación con
la facilidad con la que se recogían beneficios antaño.
Ceuta como medio, no como base
“Muchos de estos grupos tienen en Ceuta algunos de elementos
de la organización”.
Una actividad típica de la actual delincuencia organizada es
la inmigración, aunque el jefe superior aclara al respecto
que “independientemente de esta actividad existe la
inmigración clandestina individual que no tiene nada que ver
con la organizada”. Hay que distinguirla y ser justos: “Un
inmigrante no es un delincuente”.
En la inmigración actual, la que está organizada, “existen
miembros que facilitan, ayudan, acogen, trasladan y hasta
subyugan [obligando incluso a la prostitución] al
inmigrante”. Pero estos grupos delictivos “no tienen por qué
tener la base en Ceuta. Estas organizaciones utilizan a
ceutíes que se prestan a formar parte de un entramado en el
que cada uno cumple con su papel”.
Por tanto, la Policía asegura que organizaciones delictivas
de estos niveles con base en Ceuta “en principio, que
hayamos detectado, no hay”.
Sin embargo, desde el estamento policial se reafirma que
elementos que realizan actividades en Ceuta y que viven de
ese submundo “sí existen. Cada vez que revientas un piso
salen tres o cuatro relacionados con estas actividades”.
En cualquier caso, la Policía trabaja cada día sobre pistas,
informaciones y siempre hilvana datos que conducen a
miembros de organizaciones delictivas, que a su vez también
son investigadas.
Pero la actividad policial es cauta y evita
“fundamentalmente la precipitación”, explica Torres. Las
pruebas que se van obteniendo de cualquier elemento
investigado sirven de suma y sigue. “A veces podemos tardar
tiempo en ‘reventar’ una operación” -asegura el jefe
superior- “porque nuestro objetivo es que cuando los
cojamos, les condenen”.
Con un silencio explícito ante nuestra pregunta sobre
investigaciones de tramas en Ceuta y acumulación de pruebas
en la actualidad, podemos suponer [ese es el trabajo
permanente de la Policía] que en cualquier momento puede
‘caer’ alguna operación importante.
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