Prácticamente en tres días [hoy se
cumple el tercero], lo que hasta ahora había sido el recinto
ferial cargado de vida, fiesta, instalaciones... ha quedado
con un aspecto mucho más parecido al que habitualmente tiene
durante todo el año.
Minuto a minuto, hora a hora, varias cuadrillas de operarios
se afanan en desmontar por completo todas las estructuras
que habían formado el esqueleto de la Feria 2007.
Ya no hay atracciones, las estructuras de las casetas están
a punto de ser desmontadas en su totalidad, y los postes que
aseguraban los tendidos eléctricos van desapareciendo en
tiempo de verdadero récord.
Pero si ya de por sí estas tareas merecen un especial
reconocimiento por el objetivo que se traduce de esta
rapidez, los servicios de limpieza han dado buena cuenta de
su capacidad organizativa y de reacción para acometer una
actuación nada fácil, pero que ya ha sido saldada con
verdadero éxito.
Ha sido casi una exigencia del gobierno local, el que la
limpieza fuera el objetivo prioritario y fundamental una vez
concluida la Feria en La Marina. El propio presidente, con
su presencia, ha podido comprobar mañana y tarde, el ritmo
con el que se han empleado los operarios de Urbaser que a
día de hoy han dejado como una patena lo que el lunes de
madrugada parecía un vertedero cuando se procedía a las
primeras horas del desmontaje por parte de los feriantes.
Devolver el aspecto habitual a los bajos de La Marina para
que los ceutíes disfruten de este lugar de esparcimiento
para este mismo fin de semana sería el ideal a alcanzar y
que ha trasmitido el propio Vivas. Ese es el reto.
Complicado, también hay que decirlo, pero al ritmo que
marchan las actuaciones de las distintas cuadrillas no sería
atrevido asegurarlo.
De todos modos, los vecinos próximos de la zona del recinto
ferial, tanto los de La Marina como los que viven en calles
adyacentes, han comprobado con satisfacción el nivel
extraordinario de limpieza después de 48 intensas horas de
trabajo.
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