Ahora muchos me dirán ahí está otra vez con las nos-talgias
por doquier, pero
para qué voy a platicar de la actualidad con toda la
polvareda, como en los tiempos de la regional del 54.
A ver quién viene con la cuba, por-que a los caballas, tanta
polvareda para cuatro años, a ver a quién nos cargamos con
la manguera, como que el pueblo es sabio....
A lo que iba que es lo que vale, ¿Qué gran ceutí que se
precie de ser agradecido y bien nacido de ser hombre y de
palabra, no se acuerda de sus grandes momentos vividos en
esta bendita tierra de cuando niño?, porque yo estoy más
cerca de niño que de puerta, a los que peinan mu-chas canas
deben saber que no na-cieron andando...
Bello rincón del Cine África que se va derrumbando como un
proyecto en la encrucijá del Recinto con el centro de la
ciudad, aquellos domingos de matinal, largas colas de
chiquillerío, entre pipas y altramuces, esperando entrar
como locos al cine, a esperar la función de no sé qué
película de Tarzán o algún despistado pirata.
Entre charlas y alegres algarabías, se cantineaban coplillas
infantiles, que subían como acordeón entre filas de sillas y
butacas. Un leve apagón de luces de pasillos, un grito ensor-decedor
que agobiaba más de una madre que cuidaba como gallina
blanca de sus polluelos, entre ovacio-nes y palmas, el bueno
luchaba con el malo, por salvar a la chica, entre abrazos y
besos, silbábamos como los tiempos duros de censura. Y si
salíamos un momento a comprar una chuchería, nos cruzamos la
mirada con la chica que te gustaba y veías que tenía la
entrada de platea y tu la de club. Tus amigos sabían que ya
no volvías y que te perdías como cometa por el oscuro
espacio latiendo tu co-razón. ¿Cuántas películas de grandes
relatos y obras maestras del cine he-mos presenciado en sus
butacas ro-jas, y hemos salido emocionados y asombrados de
tan bello espectáculo, con los mofletes colorados como un
tomate. En sus últimos años, fue de-vastado y atacado por
los Gremlins, y por los muchos zombies de Frenen Connection
como sentados viendo a Charles Bronson con la Cosa Nostra.
Ya lo fuimos dejando como olvido de nuestros recuerdos y
pasiones, de hazañas de kung fu y acciones de Ja-mes Bond.
¿Quién no se acuerda de aquellos momentos tan felices en el
cine Áfri-ca?
Hoy lleno de maleantes.
|