Ya lo dijo al empezar, “vengo ‘entregaito” y, fiel a sus
palabras, cumplió con su objetivo. Las más de 1.200 personas
que asistieron al concierto de ‘El Arrebato’ sacudieron
piernas y brazos para hacerse un hueco entre la multitud que
copó el auditorio del recinto ferial y así poder bailar.
Ofreció un repertorio de canciones más que conocidas, tuvo
un par de momentos serios, pero, por lo demás, realizó un
espectáculo hecho a su medida. La respuesta de Ceuta fue la
prevista. La taquilla de ventas colgó, media hora antes de
empezar el concierto, un cartel que rezaba ‘Agotadas las
localidades’. Y es que si Malú tuvo éxito, ‘El Arrebato’
logró todo un triunfo en asistencia.
Simpático y abierto al público, Labandón demostró que lleva
con su banda ocho años. La calidad del sonido fue más que
aceptable y la forma de desenvolverse de sus músicos y los
‘solos’ instrumentales aumentaron el nivel del espectáculo.
Fue un concierto asequible, cercano, sin sorpresas, pero
sobre todo, amable. Las más de 1.000 personas que acudieron
a la llamada de ‘El Arrebato’, recibieron lo que esperaban.
Carácter dicharachero y ritmos para mover las caderas sin
límite de edad. ‘Poquito a poco’, ‘Callejeando’, ‘Hoy me dio
por ser honesto’, ‘Que salga el sol por donde quiera’... Un
cúmulo de temas de los cuatro discos que lleva en su
mochila, entre los que resaltaron los concernientes a su
último álbum ‘Un cuartito pa´mis cosas’.
Después de tres conciertos en la ciudad autónoma, una cosa
está clara: en la ciudad autónoma hay devoción por ‘El
Arrebato’. Por eso, nada más comenzar dijo: “la noche más
grande de la gira será la de Ceuta”. La reacción fue obvia:
aplausos y gritos de emoción para uno de esos sevillanos que
llevan la estampa de su ciudad, y sobre todo de su equipo,
por el mundo.
El momento del himno
El concierto de ‘El Arrebato’ se alargó un poco más de lo
habitual, pero sólo lo justo para interpretar el himno del
‘Sevilla FC’, tema que incluye en su penúltimo disco.
Después de dos espectáculos sin poder hacerlo (“no me gusta
herir sensibilidades”, dijo horas antes), Labandón se
resarció al vestirse de blanco y rojo para cantar y hacer
corear a los ceutíes el himno de, al menos, la mitad de los
sevillanos.
Fue la anteúltima canción. Pero los 1.200 asistentes seguían
ahí para acompañarle en su momento. ‘El Arrebato’ volvió a
la ciudad autónoma, la ciudad que considera “también” su
casa.
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