Hace tiempo que parece adormecido
el tema de nuestras relaciones con el reino de Marruecos.
Sabemos que el señor Moratinos, nuestro inefable canciller,
que en estos últimos días “ha hecho patria” entrevistándose
con el segundo de Hezbolá, un sujeto que, al parecer, es el
cerebro de la organización terrorista y con quien, ni con
nadie de su banda de facinerosos, se había, hasta ahora,
entrevistado ningún alto cargo de la diplomacia europea y
del que, cuando se le menciona en EEUU, es lo mismo que
mentar la “bicha” en cualquier villorio de Andalucía; se ha
convertido en amigo del rey de Marruecos. También sabemos
que una de las últimas veces que el señor Moratinos se
entrevistó con Mohammed VI, no tuvo ningún inconveniente en
apoyar su plan respecto a la población de El Sahara (antigua
colonia española), en virtud del cual pretende concederles
la condición de subditos autónomos, pero integrados en el
reino de Marruecos. Para entendernos, quiere convertilos en
una entidad autonómica, pero absorbiéndolos como viene
pretendiendo desde hace muchos años; concretamente desde que
se independizaron de España.
Yo no se lo que pensarán en nuestras ciudades de Ceuta y
Melilla al respeto. Podemos decir que Abdulhasib Castiñeira,
director del Centro de Estuidos Islámicos de Granada,
publicó un artículo en el mes de abril del corriente año,
titulado “España y su papel en el Sahara”, coíncidiendo con
lo manifestado por Moratinos en el diario oficial del señor
ZP, El País; en el que parece que, en lo sustancial, está de
acuerdo con la propuesta que Marruecos envió al Secretario
General de la ONU, señor Ban Ki Moon por la que se propone
la iniciación de un estatuto de autonomía para la región del
Sahara ( observen que no hablan del “vecino estado” o
“nuestros vecinos del Sahara”, sino de “la región” o sea, lo
considera como una de las divisiones territoriales del reino
alahuita).
El que esta maniobra del astuto Mohammed VI, haya sido
apoyada por Moratinos y Zapatero; si quieren que les sea
sincero, creo que entraña algo de trampa diabólica; y si
tenemos en cuenta la nula capacidad de nuestro ministro de
Asuntos Exteriores, si es que nos atenemos a las amistades
que ha venido cultivando desde que ocupa el cargo ( Hugo
Chavez,Morales, Arafat, Correa y por si faltara alguno el
señor Naim Qassem de Hezbolá) y si debemos fijarnos en sus
éxitos diplomáticos con EEUU ( Condolleza Reis le propinó un
buen tirón de orejas) e Israel con cuyos gobiernos ha
logrado enemistarse al ponerse España de lado de los
palestinos; y también con el resto de Europa, donde España
ha pasado de ser una nación de primera categoría a
convertirse en el hazmerreir de toda la CE ( sólo faltaba el
episodio del “Jueves” ); no deberíamos preocuparnos si
desconfiamos, por nuestra parte, de las intenciones ocultas
del rey de Marruecos.
Puestos a pensar lo peor, no estaría de más hacerse la
siguiente reflexión. Después de lo de Perejil hubo un
retroceso por parte de Marruecos en sus reivindicaciones,
porque tuvo ocasión de comprobar que el señor Aznar era de
armas tomar y que sería difícil que por las buenas les
entregara Ceuta y Melilla y, tampoco, estaba en condiciones,
ni política ni militarmente, de enfrentarse con sus vecinos
seculares. Se han mantenido callados, fastidiándonos todo lo
que han podido con los incidentes de la frontera y
enviándonos aludes de emigrantes, con lo que consiguieron
poner nervioso al débil de Zapatero y al inútil de Moratinos.
No podían hacer alardes de fuerza porque se contradirían con
su posición pacifista con la ETA y con la guerra de Irak y
tampoco podían lanzarse a los brazos de Mohammed porque
España no les consentiría que entregaran Ceuta y Melilla. En
estas condiciones decidieron que quienes pagarían el pato
serían los pobres saharauis, a quienes les importaba un
bledo traicionar porque ya sabemos que, al señor ZP, no le
duelen prendas cuando ha de mentir, precindir de un
colaborador o engañar vilmente a la oposición.
Dicho y hecho. Moratinos visita a Mohammed VI y le apoya en
todo lo que hiciera falta para que el monarca se anexione el
Sahara y cuanto más le apeteciese. Pero vean donde yo
detecto la trampa. Si consigue que el antiguo Sahara español
se convierta en una región más de Marruecos, todo ello
avalado por la propia ONU ¿Quién nos asegura que Mohammed,
fortalecido por el respaldo de las naciones unidas, apoyado
por EEUU, sus amigos, y con el argumento de que Ceuta y
Melilla no son más que dos granos en el imperio marroquí; en
las que, además, viven muchos musulmanes; no decida pedir
que se le entreguen? ¿Vemos al señor ZP como un presidente
del gobierno con arrestos para oponerse? No olvidemos que ha
conseguido que nuestro ejército –en otro tiempo integrado
por españoles aguerridos y fuertes– ha quedado reducido a
una mera sombra de lo que fue. Una gran parte de las nuevas
incorporaciones, a falta de voluntarios españoles, estan
formadas por hispanos, y extranjeros de quienes queda por
ver cuál sería su comportamiento en una guerra. Sin duda
muchos de ellos se han enrolado para conseguir la
nacionalidad española y no por sentir los colores de la
patria. ¿Si estaba dispuesto a rendirse ante una banda
armada como ETA, no será capaz de hacerlo ante el ejército
de Mohammed? No olvidemos que ZP es uno de los nostálgicos
de la República de 1936; no perdamos de vista que, tanto
Ceuta como Melilla, fueron las ciudades claves del
levantamiento militar del 18 de julio de 1936 y continúan
siendo firmes baluartes de la derecha española, como lo han
venido desmostrando durante tantos años. ¿Me siguen? Pues
tomen nota y saquen sus propias conclusiones.
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