Mas de 50 horas ininterrumpidas
duró el apagón de Barcelona, y todavía no está solucionado,
porque en muchas partes, aún, se está volviendo a la
normalidad, a base de generadores llevados por el ejército.
La situación no es nada fácil y la publicidad que se está
haciendo de Barcelona es fatal. Barcelona pasaba por ser una
de las ciudades europeas de primera fila, y este accidente
la ha dejado, un poco, en paños menores.
Además, turísticamente hablando, va a perder una buena parte
del prestigio que tenía. Ese apagón ha durado mucho, como
para poder explicar nadie que ha sido una casualidad.
Se vea como se vea, aquí, y nada menos que en Barcelona, ha
habido una falta total de previsión que van a tratar de
tirarse a la cara las tres administraciones:
Municipal, con alcalde del PSOE.
Autonómica, con el ilustre Montilla, también del PSOE.
Nacional, con el PSOE en el Gobierno.
De una o de otra forma, sale perdiendo el PSOE, que parece
que no tiene demasiada suerte con Barcelona y que luego
deberá recuperar con dádivas o promesas que pueden o no
cumplirse, en las próximas elecciones generales.
Y ahora un “brindis al sol”, cuando el conseller Castells
afirma que la red de suministro estaba dañada con
anterioridad. Esto me parecería una razón justificada y
justificable, de no ser porque no hace mucho, desde las
mismas instancias, se decía desde Barcelona que las
instalaciones en Cataluña estaban al mismo nivel que la
media europea.
Y aquí si me parece un verdadero trabalenguas, porque a
nivel medio de Europa, con la Europa de 12 países, bien,
pero a nivel medio europeo con los 27 actuales, entre ellos
Polonia, Chipre o Grecia, ya me dirán cual es el verdadero
nivel, y por eso pasa lo que ha pasado.
De todas formas, el ministro Clos, no podía ser de otra
manera, defendió la actuación del Ejecutivo, la Generalitat
y el Ayuntamiento de Barcelona, ante las duras críticas
desde partidos ajenos al PSOE: CiU, PP e incluso ERC.
Lo más curioso es que casi dos semanas después, desde el día
23 de julio, a la once de la mañana, ni el Gobierno, ni los
informes técnicos de REE y FECSA-ENDESA han aclarado las
cusas del incidente y de su propagación a gran parte de
Barcelona.
El que menos está saliendo a escena, en todo esto, es
Montilla que parece que estaba de vacaciones y va conociendo
la situación un poco a distancia. Aunque hubiera estado ahí
era igual.
Y Zapatero tendrá que lidiar, en el mismo ruedo, este toro
que no es el mejor para lucirse en su “confirmación de
alternativa”, cara a las próximas elecciones generales.
Desde luego, no tiene demasiada suerte Zapatero,
últimamente, con Barcelona: el Barça no ganó nada este año,
hace un año tuvo que lidiar el asunto de la ocupación de las
pistas del aeropuerto del Prat, el asunto del barrio del
Carmelo también le cogió a él ..., y es que los
acontecimientos le pillan por todos lados.
Claro que en estas circunstancias y con el problema que
sigue habiendo en los trenes de cercanías, tendrá que
prometer algo muy importante para recuperar esos casi 700000
votos que el PSOE/PSC ha logrado de menos en la últimas
elecciones municipales.
Esto, el apagón, puede haber adelantado lo que Zapatero iba
a ofertar en su campaña electoral, la transferencia de
cercanías y la participación de la Generalitat en la gestión
del principal aeropuerto de Cataluña, el Prat.
Las ofertas son, serán, muy buenas para Cataluña, pero los
restaurantes que perdieron los clientes, que perdieron toda
la comida que hubo que reponer, las incomodidades de la 56
horas sin luz, la inseguridad de una ciudad sin semáforos no
es algo que se vaya a olvidar con facilidad y menos,
teniendo en cuenta que las promesas del Carmelo, muchas de
ellas quedaron en eso, en promesas.
Barcelona ha perdido mucho con este apagón y es que aquí,
cuando llegan, los problemas son de verdad.
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