En un paseo rápido por el recinto
ferial donde, la verdad sea dicha, no estoy mucho tiempo de
ahí la rapidez de mis paseos, uo de esos amigos a lo que he
tenido que saludar, me preguntaba si no echaba de menos el
no participar directamente en los actos, sobre todo en la
presentación de las atracciones.
El hombre se ha quedado algo confundido al responderle, a su
pregunta, que no echo de menos absolutamente nada. Siempre,
a lo largo de mi vida, por unas u otras razones cuando he
tenido que tomar una decisión lo he hecho con todas sus
consecuencias, estudiando los pro y los contra de la
determinación a tomar. Como soy hombre de tomar decisiones
rápidas, sin pensármelo un par de minutos, cuando he llegado
a la decisión final, jamás me he vuelto atrás. Para mi, en
mis decisión es, no hay vueltas de hojas.
Hoy día, lo digo con toda franqueza, no echo de menos nada
de nada. Voy a la feria, doy una vuelta, par de cervezas sin
alcohol y si me gusta alguna de las atracciones pues a verla
como un espectador más aunque, después, saque mis
conclusiones de lo que ha significado el espectáculo desde
mi particular puntote vista. El prior día de nuestras
fiestas patronales, se presentó a Soraya como la artista
invitada en esa noche inaugural. El espectáculo lo contemplé
desde mi privilegiada ventana de la cocina donde domino todo
el escenario, Y al hacer mí particular crítica del mismo
tengo que decir y digo que fue un buen espectáculo, con una
gran actuación de Soraya que tiene una bonita y potente voz.
Pero más que esa bonita y potente voz, me encantó la entrega
total de la artista en su show. Soraya no se guardó nada, se
entregó plenamente al público, dando todo lo que tiene. Y
cuando un artista, se entrega a su trabajo, dando todo
cuanto tiene, sin reservarse nada, sobre un escenario hay
que decirle, chapó. Por eso, desde aquí y desde ya,
levantamos nuestro brazo para decirle con fuerza ¡Ole tú,
pedazo de artista!.
Nadie sabe, sobre todo los que desconocen este mundillo del
espectáculo lo que supone que un artista, más bueno o más
malo, guste más o guste menos, se entregue por completo en
cada una de sus actuaciones dando todo lo que tiene. Eso es
digno de los mejores agradecimientos. Así lo entendió el
público asistente que no le regateó sus aplausos, en
reconocimiento a ese esfuerzo que, Soraya, estaba realizando
entregada totalmente a su trabajo.
Hay algo que también quiero decir, pero esto es
particularmente a Soraya. No debes quejarte de aquella
actuación en la que por error dijiste “poyeya”. Porque ese
error te ha dado más publicidad de la que te esperabas. A
veces, una frase de critica o un error cometido, todos los
cometemos, nos dan más beneficios que perjuicios. En cuanto
los humoristas o algunos programas de televisión le dan por
repetir, una y otra vez, el error cometido.
Sé que no te gusta que te conozcan por eso. Lo dejaste bien
claro en la rueda de prensa. Eso, no te preocupes irá
despareciendo poco a poco. Porque tu arte, tu voz y tu
entrega total sobre el escenario se impondrán, sin duda
alguna, a ese error que sólo quedará en la memoria de algún
archivo televisivo. Y como se dice en el argot del teatro
¡mucha mierda!.
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