Me gusta la feria, no lo puedo
remediar. He participado de forma directa, tantas y tantas
veces en la feria que forma parte de mí vida. He presentado,
en todas y cada una de las casetas del recinto ferial, no
sólo todas las atracciones sino la elección de las reinas de
las fiestas, incluso he sido “casetero” durante nueve años
en los que, un grupo de amigos, montamos la caseta de “Los
Abanicos”.
Por todo ello, quiero agradecer la deferencia que tuvo hacia
mí persona el cronista oficial de la ciudad, José Luís Gómez
Barceló, cuando al realizarle una entrevista en el recinto
ferial, y preguntarle sobre personajes de las ferias de
Ceuta, tuvo a bien dar mi nombre, nada más y nada menos que
unidos a los de don José Trujillo y Pepe Cosío. Mi querido e
inolvidable, Pepe…, como cariñosamente le acostumbrábamos a
llamar sus amigos.
A las diez en punto, cual si se tratase de una hora taurina,
el presidente de la Ciudad, Juan Vivas, apretaba el botón
que daba paso al encendido de las más de trescientas mil
bombillas. No cabe duda alguna de que, Juan Vivas, tiene
muchas luces. Otros, por supuesto, no tienen tantas luces. Y
ya se sabe que, en esta vida, si hay algo importante son las
luces puesto que, cuantas más luces con más claridad se ve
todo.
En la inauguración del alumbrado extraordinario, con el que
se iniciaban las fiestas patronales, estaban todas nuestras
primeras autoridades. Unos con chaquetas y corbatas y otros
en mangas de camisa. Igual algunos que iba en manga de
camisas, era porque querían enseñar la nueva prenda que
habían adquirido y que, probablemente, no iban a juego con
la chaqueta vieja. Esto de “chaqueta vieja, camisa nueva”,
me recuerda a una de las obras escritas por Vizcaino Casas,
el autor más comprado y leído de los últimos tiempos, pero
que no ha conseguido reconocimiento alguno a nivel nacional
y todo por sus ideas políticas. ¿Qué tendrá que ver el culo
con el pulso?, que diría la sabia de mí abuela. Pues si,
abuela, tiene mucho que ver porque su capacidad intelectual,
hay quienes las están juzgando con el culo.
Bueno, vamos a dejar la cosa como está, y allá cada uno con
sus problemas y sus prendas de vestir. Qué querían ir en
mangas de camisa, pues que vayan. Qué gustaban de llevar
chaquetas y corbatas, pues que las lleven. Ese es un
problema personal e intransferible de cada persona, el
vestir como le venga en ganas. Aunque hay que reconocer,
porque es vedad, que a algunos les caen las chaquetas y las
corbatas, como a un ángel un par de pistola con sus cananas
y sus balas correspondientes.
Uno de mis amigos, director general él, que iba de corbata y
chaqueta porque además el tío sabe lucir ambas prendas, que
para todo hay que valer, era Francisco Navas Ponte. Navas
por papá y Ponte por mamá, Y claro aprovechando su segundo
apellido, le dijeron “ponte” la chaqueta y la corbata y él,
hombres disciplinado donde los haya, se puso ambas prendas.
Paco, por mi santa, de dulce tío. El que sabe, sabe y el que
no tiene ni… idea que vaya aprendiendo. Tú, sabes llevar un
traje con corbata. Otros pobrecitos míos, parecen que van
metidos en un florero.
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