Un modelo económico adecuado para Ceuta y que sea
competitivo con la nueva coyuntura que se ha establecido en
el entorno de la ciudad es la aspiración en la que las
administraciones públicas comienzan a implicarse aunque a un
ritmo, probablemente, más lento de lo que debería en función
del progreso, cada vez más rápido del alrededor. Esta
situación económica la está dejando [a Ceuta], sin duda, en
un lugar de clara inferioridad respecto del nuevo
‘hinterland’ que en menos de una década se establecerá en la
zona.
Ceuta cuenta con un régimen especial, validado por la Unión
Europea, que empieza a dejar de ser competitivo. Considerada
como tercer país, las famosas Reglas de Origen, cuyo
desarrollo es todavía mínimo, no está resultando el ‘boom’
que pudiera esperarse de esta situación de privilegio, por
lo que el modelo industrial de manufacturación tendría que
contar con un serio empuje; el que se pretende con la zona
industrial creada en Loma Margarita y Loma Larga donde para
la adjudicación de las naves, las propuestas deben ser
absolutamente industriales. La Ciudad sigue gestionando
estas adjudicaciones aunque su evolución continúa a un ritmo
claramente desacelerado.
Por otra parte, el habitual colchón económico de Ceuta
basado en el sector terciario [servicios] había sido hasta
hace algún tiempo un verdadero motor capaz de soportar la
suficiencia financiera de la Ciudad Autónoma, en tiempos del
famoso ‘Arbitrio’ y en los años iniciales del nuevo IPSI.
Sin embargo, la competencia de las grandes superficies, la
‘evasión’ del dinero ceutí hacia centros comerciales
próximos de la geografía peninsular, unido a la crisis
generalizada que ha conllevado a la ciudad a contar con unas
tasas de desempleo galopantes, sólo maquilladas por
continuados ‘planes de empleo’ de la Administración.
Una actuación sin productividad más que para un leve parcheo
de la economía familiar entre un sector de la población cuya
mano de obra no es cualificada. Todo ello, y algo más, está
ahogando manifiestamente la subsistencia económica de una
ciudad cuyo modelo económico actual se encuentra en fase
terminal ya con claros estertores.
Pero la situación de los empresarios que invierten en Ceuta
podría contar con las ventajas que se traduce de la especial
situación fiscal reconocida por la UE, aunque la realidad
indica todo lo contrario. La importación de mercaderías con
unos costes en trasportes probablemente excesivos, merma, en
el precio final al consumidor, la ventaja de la que podría
beneficiarse el comprador en Ceuta [al no estar gravado con
el IVA] la adquisición de productos. Pero aún más, al estar
considerada Ceuta como tercer país, desde el punto de vista
aduanero, la exportación de mercaderías en ‘stock’ –al no
estar contemplada la Regla de Origen para estos casos- se
hace inviable, con lo que el empresario se ahoga, a veces,
en su propio ‘stock’ [resto de mercancía sin salida en la
venta] con el que se evapora la previsión de beneficios.
Ante este panorama casi aterrador para la inversión hay que
añadirle el hecho de que el vecino país, hasta ahora
verdadero importador [no reconocido] de mercadería ceutí, ha
anunciado su desarme arancelario para 2010, con lo que el
negocio desde Ceuta vía Tarajal irá desacelerándose en tanto
las infraestructuras previstas en el norte de Marruecos
vayan concluyendo y consecuentemente activándose.
El reino de Mohamed VI está mirando al norte [abandonado
secularmente por los sucesivos gobiernos] y con la
colaboración de grandes inversiones internacionales [también
españolas] se apresta a reforzar su posición en el mercado
internacional mediante un super puerto, Tánger-Med, que ya
ha iniciado sus operaciones y dos grandes áreas francas en
los alrededores de Ceuta. A esto debe unirse la gran apuesta
turística que se lleva actualmente a cabo desde el mismísimo
Castillejos hasta casi Tetuán.
Eso por el sur. Por el norte, Ceuta cuenta con la grandísima
desventaja de haberse quedado atrás por la permanente
desinversión que el Ministerio de Fomento ha mantenido
respecto al puerto de Ceuta en relación al superdotado
puerto de Algeciras que en veinte años ha aventajado
sideralmente al ceutí.
El encarecido y, a veces tortuoso, servicio marítimo que une
la España peninsular con la norteafricana y las permanentes
referencias mediáticas tanto de ámbito nacional como
internacional sobre la seguridad de Ceuta en un entorno
yihadista o de narcotráfico, con el permanente añadido de la
inmigración, hacen que la Ciudad Autónoma deba luchar por
ganar, una a una, todas las batallas, en sinigual pelea, que
se plantean en un escenario donde la ayuda del Estado fluye
a ritmos distintos en función de los colores políticos que
rigen en cada momento los destinos del país. Mientras uno
gusta de entregar sólo el pescado, otro [además de
entregarlo] proporciona los medios para que Ceuta sea capaz
de pescar por sí misma, permítaseme el símil. Es decir,
mientras uno subvenciona permanentemente no creando
producción, otro [hasta ahora lo ha demostrado] además de
aportar lo necesario para una justa convergencia con otros
territorios, añade medidas, leyes y propuestas no de ley con
el que la Ciudad Autónoma puede subsistir, de algún modo,
por sí misma.
Pero la falta de inversiones plurianuales y sólo las
referidas a puntuales coyunturas, convierten a Ceuta en una
ciudad difícil de pilotar económicamente hablando, a la que
unírsele el hecho del constante desarraigo poblacional ante
la falta de oportunidades existentes y los mensajes de algún
representante estatal, en una histórica metedura de pata,
recordando de que “hay vida más allá del Estrecho”. Quizá no
quiso decirlo así el delegado, pero se interpretó como una
directa invitación a los jóvenes a abandonar la ciudad poco
a poco. Las constantes ‘pegas’ para la creación de un campus,
las deficiencias educativas señaladas por el muy alto
porcentaje de fracaso escolar, sólo logran pintar el
panorama negro por la carencia de férrea voluntad política y
falta de coraje de la Administración estatal para lograr el
avance económico y social de Ceuta.
Modelo agotado y prisas para renovarlo
El modelo económico actual de Ceuta parece estar ya agotado
y las prisas se ciernen sobre las instituciones. El Estado
es que el tiene los mandos y el que puede activar mecanismos
que tiendan a una mejora sustancial de la realidad
socioeconómica de la ciudad. De momento se gasta 120.000
euros para que la Cámara de Comercio ceutí realice un
análisis ante la posibilidad de que Ceuta forme parte
definitivamente de la Unión Aduanera. Para ello se analizará
la situación económica hasta 1986 y desde esa fecha hasta la
actualidad teniendo en cuenta los intercambios comerciales
con el territorio español, demás puntos de la UE y con
tercero países. Por otro lado, referente al amparo de las
Reglas de Origen, se pedirá un análisis de las actuales
normas haciendo hincapié en las posibilidades de
actualización, se valorará las posibilidades de suministro
de materiales desde tercero países, se estudiarán los
intercambios comerciales y se valorará el tejido industrial
ceutí. Y todo ello en el marco del estudio que el Ministerio
de Comercio e Industria ha encargado a la Cámara de Comercio
de Ceuta. Un organismo que pondrá en manos de la Universidad
el estudio y análisis de las ventajas y desventajas de que
Ceuta entre a formar parte de la Unión Aduanera.
Ciudad Autónoma
Por su parte, la Ciudad Autónoma de Ceuta, con la que
todavía nadie ha contado, también es consciente de la
situación y muestra su preocupación al tiempo que plantea
estrategias analíticas con el objetivo de adecuar una
realidad socioeconómica y que ésta sea competitiva.
De momento, la Consejería de Economía y Empleo junto con
Procesa, ha mantenido contactos con catedráticos de la
Universidad de Granada adscritos a la Facultad de
Empresariales de Ceuta en aras a colaborar con la iniciativa
universitaria de plantear un nuevo modelo económico que
pueda hacer frente al desarme arancelario de Marruecos.
De igual modo, para otoño, el gobierno de Ceuta organizará
un seminario con principales figuras de la Economía en
España donde se planteará el actual escenario socioeconómico
ceutí y se darán las primeras pinceladas del modelo a seguir
ante la posible entrada en la Unión Aduanera o aspectos a
reformar del actual REF.
El Ejecutivo local abogaría, de inicio, por el modelo
canario de transición a la Unión Aduanera a la que se acogió
en 1991 mediante el programa llamado entonces ‘Poseican’ que
contemplaba el ingreso canario pero manteniendo una
situación excepcional a la normativa general comunitaria. El
Gobierno de Ceuta apostaría por una integración similar
manteniendo ciertos privilegios.
No obstante, el seminario económico anunciado será una
oportunidad para conocer de primera mano la opinión de
auténticos expertos como Manuel Lagares, catedrático de
Hacienda Pública, coordinador que fue del programa canario
de referencia y el que pilotó el proceso técnico
administrativo con el que Canarias entró a formar parte de
la Unión Aduanera.
Por su parte, si la agenda lo permite, la Ciudad pretende
invitar a Cristóbal Montoro, actual eurodiputado del PP y ex
secretario de Estado y ex ministro de Economía, que fue el
artífice del milagro del modelo económico español. Montoro
es un perfecto conocedor de la realidad de Ceuta.
Un seminario que contará, además, con la presencia de
expertos tributarios que expondrán las claves sobre la
Reforma Fiscal, la adaptación del Ipsi y su modificación
desde el punto de vista tanto de su aplicación como de los
tipos impositivos.
En cualquier caso, la pesada maquinaria de la Administración
empieza a rodar. La lentitud o rapidez de los cambios
dependerá exclusivamente de la voluntad política de quien le
compete aceptar propuestas, o proponerlas, que es el que en
cada momento controla desde el gobierno central el aparato
del Estado.
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