La caseta de turrones instalada en
la calle equivocada fue uno de los primeros anticipos del
ambiente de feria 2007. Vaya por el principio del comienzo
mis deseos de disfrute para estas fiestas patronales.
En Ceuta el “turrón” no falta durante todo el año. Los que
se comen el “turrón”, afortunadamente para ellos, son más
que los que se tragan el “marrón”.
Los que se tragan el “marrón” son reubicados, reinstalados,
readaptados, reciclados, por así decirlo, en otros puestos
aparentemente alejados del “árbol”, pero no por ello menos
próximos a la caja fuerte comunicada por vasos comunicantes.
Es un color “marrón” tirando a estómagos llenos para que el
descontento sea cosa de otros. Casi nadie es despedido; será
por aquello de que las lágrimas son tristes. Hasta los
cocodrilos “lloran” cuando se comen a sus víctimas.
Se trata, pues, de una tristeza alegre de monedero de piel
de cocodrilo.
SINDROME DE ABSTINENCIA
He vuelto a fumar en pipa. Deseando estoy de encontrarme con
Popeye para decirle que he vuelto al vicio que pensaba
desterrado.
El marino ya me advirtió sobre mi debilidad para superar la
tentación. Es un viejo lobo del mar que sabe más por su
amada novia Olivia que por lo que la vida le ha enseñado en
sus muchos años de navegar por los mares azules llenos de
delfines inteligentes y de enemigos como Brutus sobre quién
no termino de enterarme si el nombre le viene por lo que
pueda tener de “animal” o por algún origen romano.
En tal caso, aparte de navegar y, de la pipa, tendríamos
enemigos comunes de la curia. El mío de sobrenombre: el
“romano perfumado”. Así es como se le conoce entre el
personal que transita por la Vía Apía. Así es como me
dijeron que gustaba de ir por los campos.
He vuelto a fumar en pipa después de casi dos años.
Pero mi abstinencia no estaba sólo en el consumo de tabaco.
He llegado a descubrir que mi “mono” (mejor ser un mono
guapo que un hombre feo) estaba alimentado, asimismo, por
otras circunstancias aparentemente ocultas.
Con lo que volviendo al humo que no debería “tragar”, he
reparado también en el hecho de que el síndrome era más
amplio afectándome asimismo a otros sentidos; aparte del
órgano de los pulmones.
Volviendo a fumar ya estoy en la pelea de dejar de hacerlo.
Es una contradicción los efectos que produce la nicotina y
otras adicciones comunes.
Ahora bien, el otro aspecto que me “irrita” debería estar
también por la labor para que mis dependencias queden
superadas de una puñetera vez cuando logre, finalmente, mi
aspiración de dejar de fumar para siempre, de verdad de la
buena.
Hasta el Papa se equivoca en los actuales tiempos. No hace
mucho, en fecha no muy lejana, salió pidiendo perdón al
mundo musulmán por unas declaraciones suyas.
Otro Papa pidió perdón por los abusos cometidos por la
Iglesia Católica en los años pasados y oscuros de los
tiempos. Aunque los simpecados sigan pecando más que los
ángeles caídos. Además, ahora, lo hacen con estilo de “los
barrios” altos. Con pedir perdón, asunto “tocado”.
Anda que no se han aprendido bien la lección del
arrepentimiento en el último minuto. Ojalá que con el cambio
de hora, respecto a los vecinos, se hagan un lío y se
encuentren inesperadamente con este periodista malvado
calentando el cuerpo en el fuego controlado, al objeto de no
provocar incendios sin intención maligna.
DONES Y GRACIAS
Desde el hundimiento de mi “barco de papel” se le concedió,
afirmo con rotundidad, a cada uno de los alcaldes de mi
reserva africana, que siguieron en el orden cronológico, el
don de la infalibilidad.
El arte de no cometer errores. La máxima de no equivocarse
en el ejercicio de su función.
Los Papas se convirtieron en hombres, y los alcaldes en
dioses dotados con el don de ser infalibles y la gracia de
la ubicuidad en su carácter divino.
No están a la búsqueda del tiempo perdido como Proust. Se
les puede localizar con relativa facilidad en las páginas
amarillas allá donde haya oportunidad de anunciar lo más
mínimo para bien del consumo de la imagen cuidada que,
“milagrosamente”, no se “quema” por más que la saquen a
relucir.
En todo caso, los quemados, los damnificados, los
perjudicados en su salud, somos los destinatarios de tanto
bombardeo en tiempos de paz.
Se pueden contar con los dedos de una mano las veces que un
alcalde ha cometido algún error a lo largo de su gestión. En
todo caso, habrá sido un pequeño desliz.
Si su imagen no aparece en primera o en la televisión, es
como si me faltara algo, ya lo creo.
Yo estaba en la creencia de que era un problema personal
(¡ya estamos a vuelta con los personalismos¡) estrictamente
derivado de la pipa.
Esta moda o culto se ha ido superando con cada alcalde. El
siguiente supera al anterior. Y el anterior se queda en
pañales con el que le sucede. Precede y sucede. Todos in
crescendo. Ninguno menguando.
El salir, el aparecer, el estar en “todas las imágenes”, se
ha convertido en una especie de culto obligado.
Su ausencia, su falta, quita color a la foto o a la imagen
en blanco y negro del NODO, caso y suceso de que hubieran
estado también en aquella época gris.
No me quejo de que tanta “presencia” sea negativa para el
personal.
Se ha insistido tanto que si ahora decreciera en su número
superlativo, lo mismo se podría llegar a producir algún tipo
de alarma social.
Puede que, como le ha ocurrido a este “mono guapo”, la
población se viera abocada a una frenética, alocada, carrera
intentando conocer la causa de aquello que “echaban de
menos” o en “falta”.
Los psicólogos se verían desbordados por un síndrome masivo
de origen incierto. No darían a lo mejor con la causa
evidente del mal y, mientras llegaran a la averiguación del
virus, el pánico podría producir estragos.
Lo cual, como se podrán imaginar, no es deseable. Así que a
seguir luciendo el palmito, el traje de luces. Las veces…las
que hagan falta y las que no, también.
Que desde mi “hundimiento” tales “apariciones” forma parte
esencial de mis hábitos: la maravillosa contemplación.
Y que no falte el pan nuestro de cada día con masa “lavada”
de cliché.
LO LEJOS QUE HAN LLEGADO…Y SUBEN +
Las casualidades no existen. Y la mano de Dios aparece
visible por mucho que uno se empeñe en no creer más que en
la maldad de las gentes que encuentran su “vuelo” en el
amparo terrenal de los que les protegen fomentando prácticas
que deberían ser desterradas hasta de esta mi jungla
africana.
Casi duele más lo lejos que llegan en sus vuelos bajos,
rasantes, con la protección de los que van y vienen de
demócratas de casi antes de que la democracia llegara a
inventarse para suerte de los dictadores.
Son como una especie protegida; como si se temiera su
extinción perjudicial para los que alimentan a los
pro-hombres con patente de corso e inmunidad, a prueba de
insectos. Que causan la mayor mortalidad, como se sabe.
Ni ellos mismos se pudieron imaginar nunca jamás lo bien que
iban a explotar el verbo no pronunciado con sonido. Sin
necesidad de cansar la garganta, ni de estropear las cuerdas
vocales y consonantes.
YO NO SOY YO
Me encontraba escribiendo, los negros siguen sin visitarme,
y recibí en esos mismos momentos, una llamada desde el hotel
Tryp. Escribía sobre mi hermano Kino.
Por cierto, sobre el citado hotel comentaré que desde que
hizo reformas, dejó sin un espacio acogedor su hall. Varias
mesitas con unas sillas son el testimonio impresentable, por
pobre, de dicha estancia.
Miembros de la Casa de Ceuta en Barcelona querían saludarme.
En especial, alguien. Mis saludos a Rafa Corral, su
presidente.
Se trataba de una persona a la que yo no veía desde el 79.
Cuando nos encontramos en el hotel no nos reconocemos. Es
más, me dice a mi cara de “perro” que yo no soy yo. Que él
quiere abrazar a Tato.
Estando, como estoy, en un estado anímico de embarazo de
jueves, lo único que necesitaba, a primera hora de la
mañana, encima, es que alguien me preguntase quién era.
¿Quién soy?
¿Un “perro con pulgas”? ¿Un mono guapo? ¿Un periodista
fracasado? ¿El capitán de un “barco de papel” hundido? ¿Un
terrorista moral? ¿El tonto del pueblo? ¿El rey de los
primos?
Mi interlocutor estaba acertado, pese a ser hora pronta
mañanera, para este “vago” anunciante de colchones de
dormir. Yo ya no soy quien creía ser.
Lo fui en una época de Transición que pasó a complemento
directo, transitando en sus formas gramaticales hacía un
“futuro imperfecto”. Declinando rosa -rosae.
Para presumir de más conjugaciones del latín le preguntaré
al buenazo catedrático de esta lengua muerta a quien Kino
Curado se empeña en no querer enviarle un “último taxi”. Me
pregunto que se traerá con Morata y el “griego” que gozan en
vida, y se la ganan, con estas lenguas clásicas, mejor que
viperinas.
Morata y Carretero son catedráticos al estilo tradicionales.
De las malas lenguas y artes, catedráticos con plazas y
ejerciendo como tales, contamos con verdaderos profesionales
de la materia que cotizan en Bolsa. En número similar,
parejo o, incluso, mayor al de las palomas y gaviotas, que
ya es decir.
Mi interlocutor del hotel Tryp tras mirarme de arriba abajo,
de abajo arriba, sigue estupefacto.
Es más, así me lo confirma ratificando su primera impresión:
-El Tato que yo conocí -me dice el ceutí-catalán- era
alegre, nada triste. Tú eres todo melancolía.
Un tiempo antes había aparecido en la prensa expoliada un
artículo hablando bien (pensé que se trataba de un
articulista que evidentemente no me conocía) de este
periodista en paro.
Cosa normal, por otra parte, si tenemos en cuenta que los
que están dado de alta, en nómina nominada, son los
periodistas buenos. Parece que me moriré sin aprender el
oficio. Con razón dicen que la Facultad de Periodismo es un
timo, una estafa, un descomunal engaño.
Una y varias formas de perder el tiempo y el dinero.
QUIM VERSUS KINO
Por más que lo intenté no logré situar mentalmente al autor
desconocido para mí; conseguí, no obstante, localizar a una
persona que estaba por la labor de suicidarse para que, por
lo menos, me leyera el artículo.
No tenía confianza de acercarme demasiado a la susodicha
página no fuera a ser alguna especie de “truco”, de
“trampa”, y me “arrebataran” también a mis queridas “pulgas”
por arte de la magia a distancia impregnada en el papel,
cual camuflado veneno, de Cleopatra y su amado Marco
Antonio.
La prudencia me acompaña ahora a todas partes. Mi sombra me
terminó abandonando en mi triste soledad, vía de divorcio
rápido, pero el “andarme con ojo” lo echo por delante antes
de “entrar” o “tocar” sitios o cosas extrañas.
Un tiempo después de que me leyeran, como digo, el artículo,
tenía delante mía a Quim Sarriá. Y a Dios, de forma
entrecruzada.
Y es que el mismo día que escribía sobre mi hermano yo
ignoraba que por la tarde me encontraría abrazado a Kino en
compañía de…su mejor amigo.
Yo no le recordaba pero ante mí estaba el compañero de toda
la vida de Kino. El amigo de su infancia y de su juventud.
Prácticamente se crió en Calamocarro y entre las máquinas de
plomo del “barco de papel”, con mi hermano y mi padre.
Cuando le pregunto a Quim por su afición por escribir me
cuenta un rollo enrollado fenomenal. Desconoce que padece de
otro síndrome, aparte del de fumar.
En su caso, al marchar de Ceuta a sus 18 años, no puedo
decir que “echara de menos” a ninguna figura virtual.
Al igual que el que esto escribe, es un adicto al plomo.
Puede que secretamente mi querido padre Joaquín quisiera
hacer de él otro periodista. De ahí su frustración porque no
es lo que quisiera. Aunque en su caso le concedo el don de
saber de forma cierta que los sentimientos nobles están
entre la gente que sufre las injusticias, entre los más
débiles, y a las que tenemos que tener siempre presentes en
nuestros artículos.
Sin ésta exigencia personal (ya estamos) ni el periodista es
tal por mucha titulación, ni el escritor es tampoco nada.
El amigo de mi hermano Kino, Quim, llora con él al tiempo
que arroja con violencia su roja cajetilla de tabaco Pall
Mall. Es un encuentro desigual entre sordomudos.
La vida le ha tratado a cada uno de distinta forma. Sin
embargo, ambos se parecen en algo: en su cariño a prueba de
distancias y de tiempo.
Joaquín Sarria Lara, Quim, de 60 años, tras cursar estudios
en el colegio de la Sagrada Familia, Academia del Valle, e
Instituto, marcha de Ceuta a la edad de 18 años porque no
encontraba trabajo aquí. Un apasionado del deporte rey, lo
práctica hasta la edad de los 22; una grave lesión le obliga
a dejar el fútbol profesional, aunque continuó jugando en
equipos aficionados, regional y preferente.
A los 24 monta en la capital de Cataluña un estudio de
Publicidad. En el 77 entra a trabajar en el Ayuntamiento de
Barcelona, como delineante proyectista, aparejador, en el
Ferrocarril Metropolitano, hasta el pasado mes de junio, que
se prejubila.
Nada más “retirarse” de la vida laboral activa de Barcelona,
se ha venido a su tierra natal porque le gustaría emular a
los elefantes pero, antes…
Antes, ahora, quiere volver a vivir en su ciudad lo que Quim
quiere que sean de nuevo sus años más felices. Unos años
como aquellos en los que junto a mi hermano Kino jugaban al
fútbol en el Ángulo y se bañaban en El Caballa.
Aquellos años felices de juventud que compartía, a golpe de
patada balón con: Lolo, Ferrón, Isidro, los hermanos Bernet,
Vicente y Paco, que en paz descansen, Del Real, Galván,
Rivas, Totó, Lolo Bermúdez, Ramoní, Pirri, Juan Ronda.
Sarria era jugador del Club Deportivo Diamante.
La vida intensa del ceutí-catalán es tan interesante, que
habrá que ir desgranándola poco a poco.
Ahora Quim no da ya “patadas”. Ahora “amenaza” con una pluma
de escribir con calidad y hacerlo sobre el propio terreno,
sobre el césped local. Ya no escribirá de “visitante”. Lo
hará con sabor de gaseosa.
La suya, su educada y elegante pluma, me encanta sobremanera
personal y profesionalmente. Sobre todo, cuando escribe
sobre mi. Aunque sea bien.
¡Quim!: mi vieja y cansada pluma saluda a la tuya y sale a
su encuentro en el camino dulce y amargo de las letras.
Su pluma todavía se desliza por los senderos de la ilusión.
Que este domingo ambas, su pluma “joven” y la mía
desencantada, contribuyan en la voluntad de servicio, para
con este pueblo nuestro. El próximo, volveremos a
intentarlo. Siempre con humildad y honestidad.
Y equivocándonos porque como dice Tagore:
-El que cierra la puerta a los errores, corre el riesgo de
dejar fuera la verdad.
Que el final termine como comienza el principio. Estamos de
fiestas. Que suenen fuerte los fuegos artificiales. Hasta
pueden que suenen también los disparos de los socios del
Tiro de Pichón que, de forma excepcional, “abrirán la veda”
durante estos días para no faltar en sus 50 años a la
tradición de participar con la Virgen de África, a su forma,
a golpe de tiros.
Esperemos que sus perdigones, en su “peligrosísima
contaminación” marina, no terminen de “rematar” nuestro mar
y tengamos que mandarle al agua salada un “ultimo taxi”. Es
lo que nos pasa a los ceutíes por tener un mar tan estrecho.
¿Estará proporcionado el mar asignado, en las transferencias
de competencias, con nuestra categoría de comunidad de
bolsillo descosido?
Vaya usted a saber. Buen domingo, domingueros. Bienvenido
seas Quim a este tu pueblo y a “El Pueblo”. Es tiempo de
reformas y fichajes; y con su incorporación no se gana tan
sólo uno de lujo. Se podría llegar hasta producir un cambio
en el nombre de cabecera. En lugar del actual, se podría
copiar al de más tirada de Murcia. “El Pueblo”, si lo
quisiera su editor, podría titularse en adelante: “La
Mentira de Ceuta”. Pasando de pueblo a capital, y sin
necesidad de plagiar.
Me falta aún por invitar a subir a bordo de este nuevo
“barco” para mi, a el solidario punto de vista de Francisco
López García de Vinuesa, y la brillante opinión de su hija
periodista, Teresa. Todo se navegará. Jesús Carretero ya ha
tenido tiempo hasta de marearse varias veces. Es lo que pasa
con los marineros que son de tierra adentro.
Suerte Quim , de corazón, buen amigo de mi hermano Kino. Y a
la mano visible de Dios, gracias. Por supuesto. Es el fin,
que no acabo de terminar. Luego me dirá el arquitecto que
tengo que dosificar. El empresario escrupuloso y el “romano
perfumado” “cortaron” mi pluma con su tinta “caliente”, por
lo sano.
El pasado jueves una festividad señalada para los Quim y
Kino, apodos de un mismo nombre; felicidades, Joaquín.
Alguna vez terminaré… con unas buenas noticias para no
desentonar en el ambiente festivo: se va a abrir una nueva
clínica de diálisis, en el Polígono, donde antes existía un
supermercado, en fecha breve; y los sordos de Ceuta ya
tienen local social sito en el Mercado de Abastos. El
“pescado” ya está vendido, ahora casi sí.
Censura: mentar la soga en casa del ahorcado.
|