Basta una zambullida en el río de
su pasado para percibir que Marruecos -potencia terrestre en
algún momento de la historia- nunca desarrolló una marina
digna de tal nombre, pese a disponer de kilométricas riberas
tanto a orillas del Mediterráneo como del Atlántico siendo
precisamente ahora, bajo la dinastía alauí representada por
el joven soberano Mohamed VI, cuando el Reino de Marruecos
se apresta a relanzar su fachada marítima desembarcando con
fuerza en el Estrecho y equipando una Marina Real -en parte
con colaboración española- digna de tal nombre. Si el pasado
lunes 23 Mohamed VI inauguraba las nuevas instalaciones del
puerto de Alhucemas (la antigua Villa Sanjurjo), obras
valoradas en 1,7 millones de euros, la apuesta de su reinado
pasa sin duda por el desenclave de la región norte y la
puesta en marcha del superpuerto Tánger-Mediterráneo,
faraónica obra en la que ha comprometido personalmente su
prestigio. Alhucemas por cierto, la luminosa ciudad de la
lavanda airosamente colgada sobre la bahía homónima, es en
la actualidad el tercer puerto del país habiendo movido, en
el pasado año 2006, un tráfico de 4.129 vehículos y 31.898
personas, además de ser base de una importante flota
pesquera. Por lo que me cuentan -y yo sin poder recoger la
invitación-, parece que es inminente la inauguración por
Mohamed VI de las dársenas del superpuerto Tánger-Med, sito
en Oued R´mel, en las cercanías de Ceuta. Las líneas de la
carretera entre Alkasarseguer y Tánger han estado siendo
pintadas a toda marcha, es imposible aparcar en los arcenes
-los responsables de seguridad han invitado a irse de los
mismos a los tradicionales vendedores de sandías y melones-
y dos helicópteros de la leal ‘Gendarmería Real’
sobrevuelan, casi de continuo, la zona.
Como habrán ido leyendo mantengo mi compromiso con esta
columna a más de mil kilómetros de distancia, por lo que al
no poder como otras veces “meter el dedo” a lo evangelista
me limito a narrarles la cosa por encima y sin entrar en
muchos detalles, que luego me ofusco ligeramente como en el
caso del felizmente reinsertado “Jarrapo”: tantas veces fue
el cántaro a la fuente que en mis garabateadas notas de
campo intuí que, el aludido, también se había ido esta
primavera en sus religiosas vacaciones a la península del
Indostán con su admirado “Papa Clemente”, el figurón, porque
-¿saben?- quien maneja en realidad los hilos de la “Daw´a”
de los Tabligh y lleva las negociaciones con ‘sidi’ Tatari
-presidente de UCIDE- es “El Tapado”, un tal “Eduardo” con
tres letras para entendernos y si aun no me capta el
respetable que vaya a darse un garbeo y pregunte por Hadú.
Tipo estudiado y deformado de joven gracias a la
hospitalidad wahabí en Arabia Saudí, acostumbra pasar largas
temporadas en el revuelto Paquistán, país donde gracias al
islamismo extremista se está incubando una guerra civil a
marchas forzadas.
Finalmente y dado que estamos en época estival, permítanme
sugerirles amigos que disfruten de la vida sin complejos,
día a día: el ayer ya pasó y el mañana, ¡quién sabe si
lucirá!. No me sean tiquismiquis: boca besada no pierde
frescura y todo se renueva como la luna. A gozarla que son
dos días. Sean felices. Amén.
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