Los constructores locales
apuestan, sin querer hacer de Ceuta “una ciudad de
rascacielos”, según matiza su presidente, Cristóbal Chaves,
por edificios con más alturas para la ciudad autónoma, una
estrategia con la que, aseguran, se podría incluso reducir
el precio de la vivienda.
El debate sobre la altura de los inmuebles es sumamente
interesante, más aún en una región como Ceuta donde escasea
el suelo urbanizable y el precio de las casas sigue
creciendo. No es, además, una cuestión ajena al resto del
Estado: la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza
Aguirre, y la nueva ministra de Vivienda, Carme Chacón, se
han enzarzado en una discusión similar.
La limitación de edificios de tres alturas (más un bajo
cubierta) es una norma en la zona noroeste de Madrid
(Pozuelo, Majadahonda, Las Rozas...), donde el PP arrasa y
el nivel económico de sus vecinos es alto. Ese tipo de
construcciones hace que tanto las casas como el paisaje sea
más bonito y agradable, pero también encarece los precios de
los pisos, ya que los promotores disponen de menos unidades
que vender para ‘rentabilizar’ el precio pagado por el
suelo.
La presidenta regional se ha comprometido a limitar a cuatro
alturas el máximo que podrán levantar los edificios de nueva
construcción, pero ni a la socialista ni al Colegio de
Arquitectos les ha parecido buena idea: a su juicio este
tipo de límites no contribuyen a crear “espacio urbano”. “Si
tienes que edificar los mismos metros cuadrados, porque
nadie va a dejar de hacerlo, y puedes subir menos, te vas a
expandir más, lo que lleva a que quien sale perdiendo es la
sociedad porque hay menos viarios, zonas libres,
equipamientos, etc...”, considera la decana de los
Arquitectos madrileños.
Ceuta tiene ahora, con el proceso de elaboración del nuevo
PGOU en marcha, la oportunidad de optar por uno u otro
modelo de desarrollo urbanístico.
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