El delegado del Gobierno decidió, anteayer, dar
prácticamente por finiquitado el curso político y afrontar
el periodo estival dejando las cosas claras. Aprovechando la
publicación de los últimos datos de la Encuesta de Población
Activa (EPA), Arreciado reiteró que existe “un suave pero
apreciable incremento del empleo y un suave pero apreciable
descenso del paro”.
A continuación y tentándose la ropa, que para eso tiene ya
un largo currículo de trifulcas dialécticas a cuenta de sus
declaraciones con agentes políticos, sociales y económicos
de la ciudad, fue un poco más allá en su análisis: según él,
los datos del empleo en Ceuta están viciados por la
existencia de los Planes de Empleo. “Hay muchas personas que
si no existieran los Planes no estarían inscritas en el INEM
porque ni tienen ni han tenido nunca vocación para trabajar
ni formación profesional”, advirtió.
Es decir, que en la ciudad con los índices de desempleo más
altos de España buena parte de sus miembros no tienen el
deseo de encontrar trabajo, sino de que les ‘toque’ entrar
en los Planes nueve meses al año.
A diferencia de la fría estadística del INEM, la EPA no se
circunscribe a los desempleados inscritos como tales, sino
que estudia a toda la población para conocer su situación y
sus aspiraciones laborales.
En Ceuta, como subrayó la Ciudad en su análisis de la última
EPA, relativa al segundo trimestre del año, el hecho de que
la muestra utilizada sea inferior a 5.000 personas pone en
cuarentena su fiabilidad, pero a pesar de ello hay
tendencias evidentes como la de la tasa de actividad, que
refleja el número de personas en disposición de trabajar.
En esa tasa, los resultados de los ceutíes son
extremadamente inferiores a los del resto de España. Y no es
una situación coyuntural: así ha venido siendo sin excepción
desde 2005, cuando se corrigió el método de muestreo.
Así, la media nacional de personas dispuestas a trabajar en
2005 era del 56,9% (68,4% en el caso de los hombres y 45,8%
en el de las mujeres). Dos años después, esa disposición ha
crecido dos puntos en todos los órdenes. En Ceuta, ha
sucedido todo lo contrario: si hace dos años y medio el
57,5% estaba ocupado o quería estarlo, ahora sólo comparten
esa intención el 50,2%.
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