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Un año más, las Fiestas Patronales
acuden fiel a la cita con los ceutíes en los días previos al
5 de agosto festividad de la Virgen de África. Como cada
año, esta semana festiva de sevillanas, rumbas y marcha se
espera con ansia entre la población ceutí de todas las
edades. Es el marcado carisma de la tradición pasada de
padres a hijos durante varias generaciones de caballas.
Pero no es sólo una Feria de ceutíes para ceutíes. En cada
edición son más los que acuden a vivir la Feria de Ceuta y
la disfrutan en plenitud con familia o amigos. Son días de
alegría, casi de juerga, en el que un paseo por el Real o
por la calle del Infierno se hace un ejercicio de obligado
cumplimiento.
Una Feria que no sólo trasciende entre la población
española. Es ya bastante común la presencia de marroquíes de
nuevas generaciones que, llegados con la OPE desde sus
países de residencia europeos para el periodo vacacional,
acuden a la ciudad a vivir su particular feria por la calle
del infierno acompañados preferentemente de los más pequeños
de la familia. Son las Fiestas Patronales y su modo de
vivirse en los inicios del siglo XXI. Aunque siempre quede
espacio para la más rancia y abolenga tradición, la Feria de
Ceuta evoluciona cada año. La juventud tiene su espacio, un
poco alejado eso sí, al sonido andaluz de las nobles y
bailables sevillanas, incluso hay espacio para otras
culturas. Es lo que tiene estar en una ciudad cosmopolita
aunque con profundas raices andaluzas.
Pero la Feria provoca que toda una infraestructura, de
amplia labor y generoso esfuerzo, se active y funcione bien.
Limpieza, seguridad, intendencia... trabajo mucho trabajo.
Será la otra cara de las Fiestas Patronales que también
conoceremos a lo largo de la semana. De momento y como
aperitivo, para dar la bienvenida, a nuestra semana de
Feria, tienen en sus manos el ‘especial Feria 2007’ con el
que ‘El Pueblo de Ceuta’ abre sus páginas para recibir en
ellas todo cuanto acontezca en esta muy especial semana
dedicada a la Virgen de África, verdadera protagonista de
estos tradicionales días.
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OPINIÓN / EDITORIAL
