“No terminan nunca, nadie se preocupa si molesta a los
empresarios y con el calor que hace se hace imposible que no
se levante una constante polvareda por los restos que quedan
después de tapar parte de la zanja que se ha realizado”.
Esta es la principal queja de un grupo de comerciantes de la
calle Teniente Coronel Gautier donde se practican unas obras
de conducción de agua “que se prolonga por más de dos meses
y no parecen tener final”, protestan con cierto amargor.
Cansados de que, según ellos, la lentitud sea “pasmosa”, la
protesta generalizada se eleva de tono cuando uno de los
comerciantes acierta a indicar, como apunte, la diferencia
que hubiera supuesto el hecho de que la obra se sucediera en
el centro “molestando a los comerciantes de la élite”,
ironizó dejando entrever que no se hubiera permitido allí lo
que en ‘Hadú’ “soportamos cada día durante más de dos
meses... y ya estamos muy cansados”, apuntaron a este
diario. Los comerciantes incidieron en el hecho de que se
publicara su queja “ya que no parece que nos hagan mucho
caso al estar en este lugar de la ciudad”.
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