El penúltimo golfo de la geografía
española ha terminado atrapado en Portugal.
Muchos años llevaba “el Solitario” haciendo de las suyas, y
con una doble vida, aparentemente bien posicionado, en una
de las zonas residenciales más importantes de Madrid, y por
otra parte camuflándose entre la gente, “disfrazándose” de
vez en cuando y asaltando cualquier lugar de donde pudiera
sacar dinero.
Jaime Jiménez, “El Solitario”, planificaba con tranquilidad
y con minuciosidad sus atracos. Para ello disponía de
numerosas armas, materiales de desguace y matrículas falsas.
La policía estaba totalmente desorientada, o eso parece, con
él, y no es para menos, si tenemos en cuenta que entre las
matrículas camufladas las había de Ávila, de Toledo, de
Cuenca, de Soria, de Guadalajara, además de otras de las
nuevas, con lo que podía elegir en cada momento lo que más
le convenía.
El dominaba el centro de la península, pero sus atracos se
daban donde había estudiado el terreno y era “menos
conocido”.
Hubo víctimas en más de una ocasión, pero hay que recordar
especialmente a los dos guardias civiles que murieron en
Navarra.
Y el “angelito” no había empezado anteayer, ya llevaba 20
años o más en “su oficio”, que se sepa, y ha tenido que ser
fuera de nuestras fronteras, cuando trataba de dar otro
golpe, ahora en Portugal. Aquí no tuvo suerte, y es de
suponer que, desde ahora, va a pasar muchos años a la
sombra, sin poder lograr su objetivo, que era marcharse a
Brasil.
La doble vida ha terminado. Ahora le espera una tercera,
esperemos que metido entre rejas.
Tanto la Policía Nacional, como la Guardia Civil no dejaron
títere con cabeza, en la noche del lunes, tanto en la nave
industrial de Pinto, donde solía estar en muchas ocasiones,
como en su propia casa. Había que tratar de evitar que algún
cómplice borrara indicios de lo que era una realidad, para
que no se pueda escapar como inocente.
Y por algo aspiraba a marcharse a Brasil, allí iba a ser su
paraíso, según se desprende de los recibos bancarios que
delatan envíos periódicos de cantidades de dinero a ese
país.
Ahora lo que hace falta es encontrar a su “contacto” allá en
tierras brasileñas, una mujer a la que enviaba el dinero.
Está claro, todo lo tenía planeado y bien.
Todavía faltan pruebas para demostrar ante los tribunales
que este misterioso delincuente, de 51 años, ha cometido 36
atracos bancarios desde 1984, que asesinó a dos guardias
civiles y un policía local, que disparó sobre empleados de
banca... .
Sus lugares de “trabajo” y de residencia contenían un
auténtico arsenal de armas y documentos válidos para que
pueda ir a la sombra.
Las Rozas y Pinto eran sus lugares de residencia y de
preparativos. En Las Rozas, zona residencial de Madrid, a 17
kilómetros de la Puerta del Sol, vivía desde hace 20 años.
En Pinto preparaba su próximo “trabajo”.
En el momento de su detención llevaba dos pistolas y un
subfusil, “ para no pasar miedo” o para “defenderse”
simplemente, si alguien le molestaba en su trabajo.
Los momentos más dramáticos de su actuación fueron el 9 de
mayo de 2004, cuando disparó la ráfaga de 23 disparos y mató
a dos guardias civiles en Castejón, Navarra. También usó las
armas en el tiroteo en el que murió un policía local en Vall
d` Uxó, Castellón.
Y por si todo esto fuera poco, ahora ya detenido, se muestra
como un chulo: “ ¡Hola a todos, soy el Solitario! ¡ Salud
españoles!”. Fueron sus palabras el martes, cuando Jaime
Jiménez salía, con la cabeza en alto y en plan desafiante,
del juzgado portugués de Figueira da Foz. El juzgado
portugués decretó su prisión preventiva tras haber sido
detenido el lunes cuando iba a asaltar un banco. “El
Solitario” ingresó en la cárcel de Coimbra.
Ahora mismo hay una pregunta en la calle. ¿Cómo pudo pasar
desapercibida su fisonomía, durante tanto tiempo?. Parece
que deformaba su rostro, especialmente los pómulos, las
cejas y la mandíbula. En Portugal, curiosamente, tuvo menos
suerte.
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