Las últimas elecciones municipales
supusieron para el pueblín asturiano desde el que les
escribo un pequeño seísmo político, como me detallaban ayer
-con pelos y señales- vecinos y amigos del mismo. Habiendo
entre los contertulios algún paisano dedicado a la cosa
pública esa y comentando yo la proximidad de los comicios
electorales en Marruecos, despertóse una sana curiosidad
entre los presentes por lo que, entre “culín” de sidrina y
vasiño de Ribeiro, adelanté algunos datos de referencia
sobre nuestro país vecino que considero interesantes para
ustedes, amigos lectores, así que ahí van debidamente
resumidos.
El Reino de Marruecos comprende una superficie de 710.850
km2 (según datos oficiales), comprendiendo en ellos las
llamadas “Provincias del Sur”, el antiguo Sáhara Occidental
sujeto aun, internacionalmente, a proceso de
descolonización. Partiendo de lo expuesto el país está
dividido en 16 regiones administrativas, 17 wilayas
(similares a nuestros antiguos gobiernos civiles) y 70
provincias y prefecturas; en el plano local existen 1.497
comunas (ayuntamientos), de las que 1.298 son rurales. Según
el último censo, a 1 de septiembre de 2.004 la población
asciende a 29.891.708 habitantes, a los que entiendo habría
que añadir al menos los 3 millones de marroquíes residentes
en el extranjero. Desde el punto de vista religioso la
ciudadanía es abrumadoramente musulmana (sunní-malikí), si
bien están presentes dos minorías: la cristiana (alrededor
de 25.000 personas) y la judía, asentada en el país hace más
de dos mil años, que ha pasado de unos 300.000 miembros a
mediados del pasado siglo a solo 5.000 en la actualidad.
Políticamente hay cuatro tipos de representación: el
Parlamento, repartido entre la Cámara de Representantes (325
miembros, que serán elegidos el próximo 7 de septiembre) y
la Cámara de Consejeros, con 270 asientos y ciertas
similitudes a las Cortes del antiguo Régimen en España;
junto a ellos, los Consejeros Regionales y, finalmente,
alcaldes y concejales de las comunas (ayuntamientos), ambas
representaciones con un mandato de seis años. Tras el final
del Protectorado hispano-francés en 1.956 y la
independencia, los marroquíes fueron convocados a las urnas
el 29 de mayo de 1.960 (elecciones municipales), 1.962
(referéndum constitucional) y 1.963, para elegir el primer
Parlamento en la historia del país. Las últimas elecciones
legislativas se celebraron en 2002. En septiembre
participarán, en principio, 27 formaciones políticas, cuya
clasificación ideológica no es sencilla.
A lo largo de la conversación salieron, obviamente, numeroso
temas: desde el peculiar modo de escrutinio que favorece la
adscripción de votos a los “segundones”, el régimen de
libertades públicas (otra cosa son los derechos
individuales), cuestiones de financiación, la figura y los
poderes del rey y las relaciones con España, entre otros
detalles de interés. Así, matizo que a la zona norte en la
que yo resido (Tánger/Fash-Anyera, Tetuán,
Rincón-Castillejos, Larache-Alcazarquivir, Alhucemas y Nador)
le corresponden tan solo 28 diputados del porcentaje total.
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