Cuando hace días comentábamos que,
Rajoy, nos tendría que pagar por la idea de cambiar la Ley
Electoral que habíamos escrito en este periódico mucho antes
de que el jefe de la oposición hiciera la propuesta de
llevar ese cambio si ganaba las próximas elecciones, al
mismo tiempo sabíamos cual seria la reacción de todos esos
partiditos minoritarios que gracias a al actual Ley
Electoral no sólo gobiernan en su Comunidad sino que se
permiten el lujo de echarle un pulso al Gobierno y decidir
cómo se a de gobernar este país.
Y sabíamos la reacción de todos ellos porque, la misma,
estaba más cantada que ”macarena” ¿Cómo iban a permitir,
todos esos partiditos que no representan más que una escasa
minoría, que venga alguien a decirles que se les va a acabar
el chollo?. Porque un “chollo” es lo que tienen todos ellos
que, jamás, en sus vidas, se hubiesen imaginados que con tan
escaso apoyo popular iban a poder gobernar y decidir lo que
tenía o no tenía que hacer este país, aún llamado España.
Las reacciones como era de esperar se han sucedido
rápidamente y los partiditos, esos de escaso apoyo popular
que en su mayoría no quieren a España pero que, todos ellos,
sus representantes comen del dinero de todos los españoles
han acusado al líder de los populares de “vulnerar las
reglas del juego democrático”. ¡Toma del frasco, Carrasco!.
Veamos, queridas criaturitas, no dicen que la democracia es
del pueblo y para el pueblo. Y que el pueblo es soberano
para decidir quienes les han de gobernar. Cómo es posible
que les gobiernen quienes el pueblo no quieren que lo hagan.
Y si, además, la democracia es el gobierno de la mayoría ¿A
qué mayoría representáis ustedes?.
Claro que debe ser que vuestra idea de la democracia
consiste en darme la razón de que el pueblo, ese al que
llaman soberano, no es más que de garrafón. Y pinta menos
que el menda en la capilla Sextina y que la mayoría es cosa
de hacer pactos y más pactos para derrotar a quienes han
sacado esa mayoría, Vamos, a los que el pueblo a votado que
les gobierne. Nada me extraña que, cada vez, el pueblo crea
menos en la política y en los políticos y la abstención, en
las lecciones, vayan en aumento.
El portavoz del PNV en el Congreso, Emilio Olavaria, dijo:
“Las leyes electorales son la quintaesencia del sistema
democrático”. Una perla de frase para recortarla y
enmarcarla, porque lleva toda la razón del mundo. Y por esa
misma razón, debe comprender que, en la actualidad y debido
a esas leyes electorales, no gobiernan quienes desean los
pueblos que, en realidad, son la quintaesencia de la
democracia. No las leyes electorales, sino los pueblos son
las bases sobre la que se sustentan la democracia. Esos
pueblos que quieren y desean, para eso echan sus votos en
las urnas, que gobiernen las mayorías y no el conjunto de
unas minorías que tienen una escasa representación de ese
pueblo “soberano”.
Naturalmente, como no podia ser de otra forma, usted
advierte a Rajoy que, en un sistema democrático, no gobierna
el partido más votado, sino: ”el que puede concitar más
apoyo en el debate de la investidura”. ¡Viva la democracia!
¡Viva el pueblo soberano!
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