El Juzgado de lo Penal Número Uno de Ceuta sentó ayer en el
banquillo de los acusados a M.B.H por un delito contra la
salud pública. Los hechos tuvieron lugar el pasado 21 de
junio, cuando el acusado viajaba en un vehículo marroquí,
interceptado en la frontera del Tarajal, por llevar las
placas de la matrícula caducadas.
La Guardia Civil, al encontrarse con esta situación,
procedió tal y como dicta la ley y escoltó al vehículo
marroquí hasta las dependencias de la Aduana Española,
situada en las proximidades de la Estación Marítima del
Puerto, para realizar la denuncia correspondiente. Cuando
llegaron a la zona, uno de los perros detectores de la
Guardia Civil dio la señal de alerta sobre el vehículo, por
lo que los agentes procedieron inmediatamente a realizar un
registro. Encontraron finalmente, “ocultos en los huecos
naturales del maletero”, tal y como informó uno de los
citados agentes, un total de 20.119 gramos de resina de
hachís. La sustancia marcó un THC del 9 por ciento de
pureza, por lo que dicha cantidad habría alcanzado en el
mercado un valor de 28.077 euros aproximadamente.
El vehículo marroquí, modelo todoterreno, era propiedad de
Y.K, de 22 años de edad y natural de Tánger, aunque con
residencia en Barcelona. Éste acudió a la vista como
testigo, ya que había sido juzgado por estos hechos con
anterioridad y condenado a una pena de 3 años de prisión.
El testigo coincidió en lo fundamental con la declaración
prestada por el acusado momentos antes, insistiendo además
en que “cometí el error de no avisar a mi amigo sobre la
droga que llevaba en el vehículo, pero juro ante dios, que
él no sabía nada”.
El Ministerio Fiscal quiso sonsacarle haciendo especial
hincapié en este punto, insinuándole que esas cosas no se le
hacen a los amigos, pero Y.K, sólo mostró signos de
arrepentimiento y volvió a insistir en que M.B.H estaba
ajeno a todo.
Al parecer, y según relató Y.K, simplemente pidió al acusado
que lo acompañara hasta Ceuta, pero el único que iba a
embarcar con el vehículo en el ferry y que iba a transportar
la droga hasta la península era él.
Escrito de calificaciones
La defensa solicitó para M.B.H una sentencia absolutoria,
insistiendo en que no había pruebas que inculparan a su
representado, además de que el propio Y.K, autor confeso de
los hechos, lo exculpó en reiteradas ocasiones ante durante
el desarrollo de la vista oral.
Por su parte, el Ministerio Fiscal pidió en su escrito de
acusación, una pena de tres años y cuatro meses de prisión y
el pago de una multa de 28.000 euros.
El juicio quedó visto para sentencia.
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