El emotivo homenaje que la
Comandancia General militar de Ceuta y la Ciudad Autónoma
brindaron ayer a los soldados Sergio Pérez y Antonio Güeto,
en este caso a título póstumo y en la persona de sus
familiares más cercanos, es una oportunidad excelente para
destacar el trabajo de todos esos profesionales que, al
servicio de la cosa pública, arriesgan o ponen a disposición
de los demás sus vidas día tras día. Aunque a veces pueda
considerarse que va en su trabajo desempeñar sus funciones
sin alharacas, la labor de bomberos, policías, soldados y
voluntarios no debe ser reconocida solamente cuando la
tragedia los trae al primer plano de la actualidad
informativa. Tal como suelen recordar los mandos policiales
a menudo, su trabajo implica una dedicación constante y sin
tregua que no debe pasarse por alto. Algo parecido ocurre
con nuestros soldados, que en las últimas fechas han sufrido
varias pérdidas, alguna de ellas, como la del marido de la
sargento ceutí Susana Pérez, directamente relacionadas con
la ciudad autónoma.
Como no se cansan de repetir los políticos vascos, si el
mejor homenaje que se puede brindar a las víctimas del
terrorismo es que no haya más, el mejor reconocimiento que
se puede tener con este tipo de víctimas, a veces del
terrorismo, a veces del infortunio, es poner a su servicio
todos los medios para evitar este tipo de contingencias.
Por eso son dignas de aplauso las concesiones de Medallas
como la de la Autonomía, que recibió Pérez el año pasado, o
de la Ciudad en su categoría de plata, que ayer le fueron
entregadas a Sergio Pérez y a Güeto a título póstumo, pero
aún más lo son las medidas encaminadas a poner todos los
medios para prevenir la tragedia. Es más necesario que los
soldados españoles en misiones en el extranjero cuenten con
todas las medidas tecnológicas de seguridad para su
protección que el Gobierno modifique la legislación de
concesión de los reconocimientos con distintivo rojo.
También es más importante que, a nivel local, policías,
bomberos y demás no sufran ningún tipo de escasez de medios
a que, una vez acontecido el desastre, reciban un homenaje.
Que también.
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