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OPINIÓN - MARTES, 24 DE JULIO DE 2007

 

OPINIÓN / VERBA SEQUENTUR

Señor Rajoy: ¿ladran?, ¡luego cabalgamos!
 


Miguel Massanet Bosh
miguelmassanet@elpueblodeceuta.com

 

Una tormenta en un vaso de agua. Un decisión anunciada desde el fracaso del señor Piqué en las pasadas elecciones municipales y una medida necesaria para que los votantes del PP en Catalunya, ¡atentos!, no los votantes de CIU o de ERC, ni mucho menos los del PSC catalán o de la inane Iniciativa per Catalunya; porque, señores, si tenemos que guiarnos por las reacciones de todos estos partidos y partidillos secundarios, deberíamos pensar que los afectados por la dimisión del Presidente del PP catalán son ellos. Todo forma parte de las normas dadas por Zapatero de que “al partido PP ni agua”; la consigna de acosar constantemente al adversario político, para no dejarle sacar la cabeza de debajo del agua, se está cumpliendo a rajatabla. Desde el más humilde afiliado al PSOE hasta el señor Mas de CIU, y desde el aprendiz de reportero de El País hasta el todopoderoso señor Polanco todos, todos sin excepción han de contribuir a la causa del señor Zapatero de desprestigiar al señor Rajoy y a su partido hagan lo que hagan, digan lo que digan.

 Por ejemplo vean al director de La Vanguardia, señor Antich, pagándole los favores que recibió del señor Pique –que fue quien le dio el puesto –, con varias páginas completas de su periódico ensalzando al dimisionario y pintando al PP como si estuviera dando los últimos extertores. Resulta verdadermanete emocionante ver como se esfuerza en florear el óbito político de su defendido y, el verdadero esfuerzo que pone en intentar demostrar que, en el PP, se están cosiendo los crespones negros de su desaparición. Fíjense la perla que deja, para la posteridad, en su editorial:”Curiosa manera con la que el PP ha decidido iniciar la campaña de las generales: salir con una mano atada en Catalunya”. Genial ¿no? Pero analicemos un poco toda esta baraunda que han armado los partidos que forman este conglomerado informe y babélico que constituyen la mayoría del Parlamento. Hace unos días el señor Zapatero hizo cambios en el Gobierno; cesó a tres de sus miembros e incorporó a otros tres, ¿ustedes vieron que se armara semejante revuelo?, ¿se dedicó el señor Rajoy a poner como chupa de domine a las ministras cesantes? A pesar de tener motivos más que justificados para calificarlas de incompetentes, pagadas de si mismas y carentes de la menor sensibilidad política en el ejercicio de sus funciones durante su mandato; se abstuvo y, simplemente, quedó a la espera de ver los resultados de los sustitutos en sus nuevos cargos. Era lo correcto y lo que se espera del partido de la oposición. Pero este multipartito que padecemos, esta especie de trufado formado por el PSOE, los partidos separatistas y el partido Comunista, que pretende gobernar al modo frentepopulista de 1936, no ha querido desaprovechar la ocasión para lanzar el chapapote que han sacado de las playas de Ibiza sobre el PP. Yo diría que no ha sido más que una pataleta ante el hecho de que, en Catalunya, se restaure el verdadero PP de siempre, el de las derechas y el de centro que es de donde se alimenta para conseguir votos. Basta de tontear con los separatistas; basta de falsos complejos por declarase catalanes y españoles; basta de inhibirse en la cuestión de la persecución del castellano para imponernos el catalán como idioma único; fruto de unas minorías extremistas e incultas que ignoran la gran riqueza de nuestra lengua madre y su expansión por todo el mundo; basta de miedos y de aceptar que nos impongan sus leyes chauvinitas y exclusivistas unos cuantos que no son más que pequeñas manchas negras en la masa total de la ciudadanía española.

 En realidad, como alguien ya ha dicho por los bajines, lo que ocurre es que temen que el PP catalán, como nueva y pujante Ave Fénix, resurga a partir de ahora y. sin la rémora del señor Piqué ( que por cierto no ha sabido irse con dignidad enviando y haciendo pública una carta, presuntamente dirigida al señor Rajoy, demostrando no saber perder), más dedicado a trapicheos detrás de las bambalinas, a siseos cómplices con los nacionalistas y a buscar halagar su propia vanidad; que a cumplir con sus deberes para los votantes, decepcionados de pertenencer a un partido, en el que habían depositado sus últimas esperanzas como españoles, y al que veía, día a día, hundirse en el fárrago de la indefinición política y la ineficacia, cuando no dedicado a la colaboración solapada con esta izquierda impresentable y xenófoba que rige en la actualidad los destinos de los catalanes.

 Sea en buena hora este paso de la dirección del PP de Madrid. No deben preocuparse, el señor Rajoy ni el señor Acebes, por haber tomado la decisión de resucitar en estas tierras el viejo espíritu de lo que fue el PP (Alianza Popular) desde la transición. Todas las críticas que nos puedan venir de los otros partidos no hacen otra cosa que avalar la oportunidad y la lógica del cambio que se ha llevado a cabo. Si los otros querían que continuara el señor Piqué, no era más que para tener asegurada la derrota de los populares cuya trayectoria, a través de los últimos comicios, no ha sido más que de caída en picado hasta llegar a cotas de verdadero escándalo. Dicen que el PP, en las últimas elecciones, perdió más de 40.000 votantes; estoy convencido y no creo equivocarme que, con cualquier otro dirigente de los que hoy se están barajando, se van a recuperar e, incluso, aumentar. Sin rencor, pero sin pena por su marcha, lo mejor que podemos decir de la dimisión del señor Piqué es aquello que tan bien expresa el refrán: “ a enemigo que huye puente de plata”
 

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