Dícenme los paisanos que tenga
cuidado de recostarme a la sombra de un nogal, “non ye
buena, rapaz”. Explíquenme luego, con la “sua lingua”, que
“os nogais” dan una sombra tan tupida que puede “levantáse”
uno luego con fiebre y jaqueca. Igual, igualito, que será el
“despertar” de las tropas españolas integradas en la fuerza
multinacional de la FINUL destacadas en el Líbano, tras
haber aceptado según parece la “sombra” protectora,
nogalesca, de la milicia político-terrorista shií de Hezbolá.
Un absurdo y peligroso precedente que no deja de guardar
semejanzas con la mafiosa “protección” dispensada por la
Mafia de Al Capone y compañía. Vamos a ello.
Tras el atentado del 24 de junio en el que perecieron seis
soldados fuentes periodísticas independientes informan que
convoyes militares españoles viajan “escoltados” por los
hombres del jeque Nasralá. ¿Fruto de algún acuerdo alcanzado
tras el atentado?. No y es más grave todavía: parece que la
“protección” de Hezbolá fue pactada meses antes tras una
reunión de agentes de la inteligencia francesa, española e
italiana en la ciudad de Saida.
Absurdo y peligroso además de contra natura, pues la misión
internacional al amparo de la Resolución 1701 de la ONU
tiene, entre sus objetivos, impedir el rearme de los grupos
terroristas regionales con Hezbolá a la cabeza, lo que
convierte en agua de borrajas -manchada ya de sangre- la
teórica misión de las tropas internacionales. En la
actualidad y según fuentes solventes la milicia extremista
shiíta cuenta en la actualidad con un arsenal de más de
20.000 cohetes, facilitados fundamentalmente por Siria y la
República Islámica de Irán, quien habría facilitado
últimamente -pese al “cordón sanitario” de la FINUL- misiles
de largo alcance y tecnología militar de última generación
probada en campos de prueba de Teherán. ¿Será el Líbano,
como lo fue España en 1.936, una guerra de ensayo para
probar nuevas armas y técnicas para el expansionismo militar
-y religioso- iraní?.
El rearme de Hezbolá es un hecho por lo que, en buena
lógica, la ONU -y los países que aportan efectivos como
España- deberían revisar los parámetros de actuación de las
tropas internacionales destacadas en el Sur del Líbano. O
seguir haciendo un peligroso ridículo… cacareando como las
gallinas y con los blindados equipados con cinco marchas:
una hacia delante y otra para atrás… para huir más rápido
cuando se degrade la situación. En Oviedo, la capital del
Principado de Asturias, se recupera en el Hospital Central
tras un periplo por centros sanitarios de Bagdad, Amman y
Damasco.
Mohamed Fauzi Kemal, docente de ascendencia shií y profesor
de Ciencias Políticas y Ética en la Universidad de Bagdad
que, en agosto del año pasado, fue baleado de gravedad tras
ser alcanzado su vehículo en uno de los atentados
terroristas que sacuden, casi a diario, la capital de Irak.
Postrado con una seria lesión en la médula espinal, es
tratado en la ciudad asturiana gracias a los buenos oficios
de la organización “Mensajeros por la Paz” (fundada por un
sacerdote asturiano) y la “Asociación Médica Hispano-Arabe”.
Un gesto humanitario que el paciente, hombre religioso y
educado, agradece sinceramente añadiendo, en declaraciones
al diario “La Nueva España”, unas palabras en las que no
puedo estar de acuerdo: “Si salen las tropas
(norteamericanas) se recuperará el país”. En tierras
magrebíes, es cuestión de tiempo que la proyección de los
hijos espirituales de Jomeini y la revolución iraní se haga
notar.
Pese a ser rechazado de plano por los aludidos, algún
partido islamista de nuevo cuño ha sido acusado por las
autoridades marroquíes de estar infiltrado por el shiísmo.
En Castillejos mismo, al lado de Ceuta, tiempo a que una
comunidad de ascendencia shií ha asentado sus tentáculos,
discretamente seguidos hasta el momento por el “Bachá”
local.
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