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OPINIÓN - MARTES, 24 DE JULIO DE 2007

 

OPINIÓN / MIS COSAS

Mis cosas
 


ADE
ade
@elpueblodeceuta.com
 

Cada año, el montaje de la feria, se convierte en un enorme pasatiempo para mi persona que observa con todo detalle como, poco a poco, sin prisa pero sin pausa, la feria va tomando forma hasta llegar el día de su inauguración con el encendido del alumbrado extraordinario.

Desde mi atalaya especial, la ventana de mi cocina, observo con todo detenimiento las obra que se van realizando desde el mimo día de su inicio. Y la verdad, aunque muchos lo puedan llegar a dudar, para mí particularmente, todos esos movimientos, se convierten en un auténtico espectáculo que me llevan a vivir la feria desde sus cimientos.

Tanto he llegado a meterme en la piel de la preparación del recinto ferial que, a veces, me pongo algo nervioso, cuando contemplo como los días van pasando y no se inicia el alzamiento de los postes que han de soportar el alumbrado extraordinario que, además, todo hay que decirlo, no sé las razones por las qué, cada vez que se empieza a colocar el alumbrado, existen cortes de luz en la ciudad.

He llegado a creer, uno es muy crédulo, que eso debe ser algo tradicional, en nuestra fiestas patronales, ya que sin esos apagones repentinos llegaríamos a dudar si se estaba instalando el alumbrado extraordinario. Vamos, he llegado a creer que, el año que no se produzcan esos apagones nos va a faltar algo tradicional en nuestras fiestas patronales. Oiga, amigo guardia, cada uno puede pensar lo que quiera que, para eso, el pensamiento es libre.

Y como las cosas tradicionales, son como son, para no dejarme en mal lugar, el pasado jueves tuvimos el primero de los apagones. Que conste, en acta, que no culpamos a nada ni nadie de los mismos pero resulta curioso que se produzcan, precisamente, cuando se están iniciando el asunto del alumbrado extraordinario.

Ya van llegado los puestos de turrón, que esos siempre llegan los primeros, instalándose de forma rápida y poniendo sus productos a la nada más subirse a la acera y aparcar, sobre la misma, su caravana. Y es que, estos puestos de hoy día, son un a jartá de modernos, tienen todo acondicionados para la venta de sus artículos y, además, les sirven de viviendas.

Me gusta más observar el montaje de los “cacharros”. Pensándolo bien, me encanta observar esos montajes, porque son pura fantasía a la hora de realizarlos. Usted mira como llegan los camiones y sus caravanas portando las atracciones y, como si fuese ensueño, en poco tiempo donde no había nada más que un montón de hierro y cajas aparece, como por encanto, el montaje perfecto de la atracción presta a entrar en funcionamiento.

El montaje y desmontaje de la feria, insisto, es para mi personalmente y en persona, diga lo que diga el mundo mundial, un auténtico espectáculo.

Cuando se lleve a cabo el encendido de las luces y la fiestas patronales den comienzo, personalmente me habré adelantado a todos los que empiezan la feria ese día, porque la he estado viviendo, desde mi particular atalaya, día a día. Y cuando las últimas luces se apaguen diciéndonos hasta le próximo año, seguiré disfrutando de ella presenciando su desmontaje.
 

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