Don Regalado vive, a pesar de que
la tacañería es muy nuestra, hasta el punto que un amigo el
otro día me confesó que estaba soñando que se estaba tomando
un café y se despertó para no pagarlo. ¿Quién no tiene un
primo así, todo un caradura? Qué bote el que lo tenga. Por
lo que más quieran no lo hagan, vayamos a hacer otro boquete
en la tierra, que bastante ya tenemos con lo del agujero de
la capa de ozono.
Pues nada, insisto, don Regalado es una persona jurídica
para más santo y seña: la promotora Aifos. Jueces, notarios,
registradores, abogados, ediles y funcionarios municipales
de las provincias de Málaga, Almería, Jaén, Granada,
Alicante y Madrid figuran entre los destinatarios de los
regalos efectuados por esta tipa o tipo, siempre dispuesta/o
a dejarse querer.
En el “caso malaya” don Regalado, por muy fuerte que sea la
tormenta, brilla con luz propia como si fuese el rey sol
entre las nubes. Al parecer, sólo hay que caminar por los
informes policiales recogidos en la parte del sumario sobre
la que el juez instructor ha levantado el secreto, para
darse de frente con una relación de las autoridades a las
que ofreció dádivas, bien de tipo material o de disfrute de
servicios de alojamiento, salud y belleza. Esto suele pasar
por cosechar poderes sin límites, un frenesí que emboba a
cualquiera. Somos pura tentación. Si Adán hubiera rechazado
la manzana de Eva el paraíso no se hubiese corrompido. Lo
cruel de toda esta verbena de lujo y derroche es que don
Regalado, o sea la persona jurídica Aifos, no tenía corazón.
Para nada pensó en los que nadie quiere tenerlos ni como
vecinos. Hablo de la legión de excluidos que no tienen donde
caerse muertos ni bocado que llevarse a la boca. Qué injusto
es don Regalado.
La Policía mantiene en su informe que los regalos e
invitaciones de la persona jurídica Aifos estarían
destinados a crear “condiciones favorables a sus intereses
empresariales”.
Como ven, además este Regalado es de un interesado que se
sale de lo normal. Cicerón, que era más listo que el hambre,
ya predijo el sentimiento de estos tipos/as: quien hace el
bien por interés, es astuto, pero nunca bueno. Es cierto, si
los ademanes de don Regalado en el “caso malaya”, están
causando un grave daño desde el punto de vista material y un
enorme costo al pueblo, sus efectos son todavía más
negativos; puesto que, cuando todo se compra y se vende sin
ética, lo irresponsable toma gobierno y lo inmoral bastón de
ordeno y mando.
Este corrupto don Regalado no nos interesa que viva. Es un
puro demonio vestido de lagarto. Acabar con la corrupción y
la podredumbre es tan urgente como necesaria. Será grave
esta lacra que impide la promoción de la persona y hace que
las sociedades sean menos justas y más cerradas.
También menos transparentes y más viciosas. El camino del
vicio no solamente nos lleva a la deriva, sino que se
precipita hacia el abismo. El que avisa… Cuidado, pues, con
don Regalado, el trampas, no se adentre en sus vidas. Sobre
todo si es titular de poder soberano. Que, al fin y al cabo,
la verdad es hija del tiempo, no de la autoridad.
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