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OPINIÓN - LUNES, 23 DE JULIO DE 2007

 

OPINIÓN / PERSONAL Y TRANSFERIBLE

La sustitución de Josep Piqué
 


Domingo Ramos
domingoramos@elpueblodeceuta.com

 

Comentábamos hace unos meses que Josep Piqué i Camps, Licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales con premio extraordinario, y en Derecho, ex Director General de Industria de la Generalitat, y ex-Ministro de Industria y de Asuntos Exteriores con el Gobierno de José María Aznar, no daba, como se dice ahora, el perfil para representar el ideario de la derecha en la Comunidad Catalana que, sobre todo, defiende la españolidad de la región, la defensa del idioma castellano, la Constitución Española como base de convivencia pluralista en libertad y promueve la solidaridad territorial de una sola nación compuesta por todas las regiones y habitantes de las mismas, salvando las especificidades de cada autonomía, postulados que constituyen los principios básicos de convivencia de los españoles que en 1978 optamos mayoritaria y libremente por el establecimiento de una norma única para regir nuestros destinos.

Y el tiempo nos ha venido a dar la razón cuando la cúpula del Partido Popular ha venido en acordar la sustitución de Piqué dado el continuo descenso de votantes que han venido depositando su confianza en dicho Partido, que ha llegado a la obtención de una representación casi testimonial el Parlamento Catalán, siete diputados, cuando llegó a disponer de hasta 17 escaños en anteriores procesos, todo debido, pensamos, a que no se puede andar con ambigüedades a la hora de definir una idea, y menos política, aun cuando sea en una región que tiene muy arraigadas sus costumbres y usos y donde se está perdiendo, a base de incidir sus actuales dirigentes en postulados, unos, los nacionalistas, en el sentido mas amplio del catalanismo y, otros, los republicanos, partidarios y defensores a ultranza del separatismo, o sea, de la doctrina política que propugna la separación del territorio para alcanzar su independencia con el agravante de que, no conforme con ello, tratan de incorporar a “su nación” los territorios del Reino de Valencia, Baleares, parte del alto Aragón y la Comarca de habla catalana en la vecina nación de Francia.

Y a lo que íbamos: se ha demostrado que Josep Piqué, “dimitido al sentirse desautorizado por la Dirección del Partido Popular”, proveniente de ideas de izquierdas, no encajaba en el ideario de la derecha que postula dicho Partido ni era admitido como tal por infinidad de inmigrantes de otras regiones, catalanes de adopción o nativos que sienten en primer lugar su orgullo de ser españoles y, luego, su catalanismo. Y es que, señores, si aplicamos el refrán que de “casta le viene al galgo”, este Josep Piqué no tiene casta de derechas aun cuando haya desempeñado importantes cargos en el partido y en el Gobierno de la nación, lo que, a la postre, produce el consabido rechazo y, por consiguiente, la situación a cada uno en el puesto que le corresponde: en este caso su dedicación a la empresa privada que para eso si tiene conocimientos y méritos reconocidos.
 

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