Este verano tendremos serpiente en
prensa. Normal y natural, porque siempre ha sido así y hemos
de respetar y dar valor a nuestras tradiciones y costumbres.
¿Por qué me interrumpen ahora? ¿Qué , de hecho, “ya” está la
bicha veraniega con el secuestro del semanario satírico El
Jueves y el renacer de la más feroz de las censuras?Discrepo.
“Eso” no es un reptil, sino un horror y para nada en
absoluto una nadería puramente anecdótica.
Y encima, si el juez Del Olmo, de la Audiencia nacional que
fue el que movilizó a las FOP para barrer kioscos y
papelerías y secuestrar la publicación, lo que intentaba
conseguir es que ésta no cayera en las ávidas y burlonas
manos del pueblo español, el efecto fue ,simplemente, el
contrario. Porque se dijo en los telediarios, con la
siniestra amenaza de las penas que llevan aparejadas las
injurias y “calumnias” contra la realeza, dos años chupando
reja y comiendo bandeja, se publicitó el tema y el gentió se
tir´a as calles para conseguir la revisteja de la olémica y
se agotó la edición en toda España en un par de horas. Es
decir, que cuando llegaron los policías en plan Guardianes
de la Virtud iraní, tijera y saco en ristre, no quedaba ni
un número a la venta. De hecho en la Costa del Sol se agotó
y había hasta reventa, porque la gente es muy pilla y muy
ventajista y no era raro que, ante la negativa del kiosquero
“Lo siento, le he vendido la última a unos chicos”
Apareciera el hombe de la gabardina con un número a
cincuenta euros y un simple vistazo de la portada, groserota
pero ingeniosa, por diez euros. Y más de un tonto pagó por
un vistazo a la caricatura, sin saber que, en la página web
de El Jueves aparecía una esquela, llena de incredulidad
ante la movida y la célebre portada bien a la vista.
¿Injuriosa la portada? No creo. Se trata de un semanario
burlesco y los españoles somos conocidos por nuestro
excelente sentido del humor y por no ser un pueblo macabro y
malhumorado. Injuriosa no, pues no me parece un insulto y
calumniosa menos aún porque la calumnia consiste en
imputarle a cualquiera un hecho delictivo y ahí , en esas
frases ingeniosas, no aparecía acusación de delito alguno
del Código Penal. De lo que sí nos hemos enterado
sobradamente es de que no se puede bromear con la realeza y
que las libertades y derechos de opinión, expresión y
prensa, comienzan y se acaban donde lo Más Alto permite y
admite. ¡Curiosas formas democráticas! Aunque más de una vez
se ha puesto en duda la idoneidad del Principio de Igualdad
del art.14 de la Constitución, por su pésima redacción, ya
que recoge que “todos” los españoles somos iguales ante la
Ley. Cuando no es cierto, el carácter divino de la monarquía
hace que el rey esté exento de responsabilidad penal y el
monarca es español, lo que significa que todos somos iguales
ante la ley menos el rey y en ese matiz hay que hacer
incidencia. Y también reformar la Constitución matizando los
derechos y libertades de los españoles que, para mí, andamos
muy sobrados y beligerantes, muy levantiscos y muy
numentinos, muy reveníos y bastante caldeosos. Porque bastan
que prohiban algo para que “todos” digan “tenemos nuestros
derechos” y se lancen a hacerlo. Basta que recorten una
libertad para que, el pueblo, se ponga revolvedor, criticón
e irascible. Y basta que, las profundísimas diferencias
existentes entre los Poderosos y el resto de los ciudadanos
se pongan de manifiesto, para que haya un apretón de labios
generalizado.
Si tratan de asustarnos y disuadirnos con amenazas de penas
de prisión el efecto será el contrario y todo esto es
infinitamente más importante que una simple serpiente de
verano periodística. Y traerá el cascabel en la cola, como
una serpiente de tal apelativo y oiremos sonar el artilugio
por largo tiempo. Apuesten cualquier cosa a que es así.
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