Gabriel Alonso presentó, ayer, a las 20 horas, en el museo
de las Murallas Reales su última muestra ‘Desacato XXI’; una
serie de óleos sobre tela pintados entre 2004 y 2006, en los
que transmite rebeldía e insumisión en el fondo y la forma
de sus personajes, gente de la vida misma. En la selección
de obras hay una serie de pequeños bodegones y paisajes,
agrupados por tema con intención descriptiva y poética. Y
otra faceta más narrativa, que predomina en sus
interpretaciones, en la que recoge escenas de la vida
cotidiana con sutiles deformaciones de la figura humana que
emanan nerviosismo y desasosiego. Arriesgadas derivaciones
del cómic americano que se tornan más europeas por las
camisetas de fútbol (Real Madrid y Barca) que salen en
algunos cuadros.
Este ceutí de nacimiento, pero alejado de la ciudad desde
los dos años, ha desarrollado su carrera pictórica
fundamentalmente entre Valencia y Madrid. Ha recibido
multitud de premios: XIV Certamen de pintura ‘José Segrelles’,
la III Bienal ‘Ignacio Pinazo’ de Godella (2º premio), el IV
Certamen de Pintura de la Real Academia de San Carlos,
Valencia (primer premio) y más recientemente el del Salón de
Otoño del Ateneo Mercantil de Valencia (2005). Sobre él, se
han dicho cosas como que reproduce en los bodegones “la
realidad tal cual es pues sabe que no puede ser ni aparecer
de otra manera (...) Sus expresiones pictóricas descubren su
mirada crítica al traspasar la superficie. Y ya se sabe que
toda crítica contiene en sí una especie de advertencia”,
opina Antonio Aróstegui. La obra de la exposición de las
Murallas Reales recoge un momento de itinerancia en su vida,
entre Valencia y Madrid, ciudad ésta última donde suele ir
al museo del Prado para aprender de los clásicos.
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