Los sindicatos minoritarios se han sentido “discriminados”
de la convocatoria de la huelga. Aunque comparten el
contenido de la movilización de CCOO y CEMSATSE no están de
acuerdo con “la forma” en la que se ha organizado. Ayer la
Unión Sindical Obrera (USO) anunció en un comunicado que no
apoyarán la manifestación de los días 30 y 31 de julio
porque “no se les consultó previamente”.
“Entendemos que las huelgas tienen que ser efectivas y no
efectistas. Si se hacen, ha de ser para ganarlas y no a modo
testimonial y para perder dinero”, sostienen desde USO. Con
esta huelga, mantiene la Unión Sindical Obrera se rompe la
“tan deseada y conseguida” unidad sindical porque en lugar
de un seguimiento del 100 % de la plantilla obtendrán un
60%. “No hay que desdeñar ni menospreciar a las minorías”.
Recuerda USO que el 8 de junio se creó una plataforma
sindical constituida junto a los convocantes por UGT, USAE,
CSI-CSIF y USO con la intención de convertirse en el futuro
Comité de huelga. Y subrayan que el objetivo inicial era
“trasladar a los trabajadores del Ingesa la necesidad de una
convocatoria de huelga”.
El representante de USAE, Antonio Suárez, que manifestó hace
unos días una postura similar a la de USO y apuntó ayer que
su organización sindical se reunirá próximamente con CSI-CSIF
para posicionarse en la próxima Mesa Sectorial que se
celebrará también los días 30 y 31 de julio.
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