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OPINIÓN - JUEVES, 19 DE JULIO DE 2007

 

OPINIÓN / SNIPER

Fuera “burkas” y “nikab” de la calle
 


José Luis Navazo
jlnavazo@telefonica.net
 

La ciudadanía de Occidente, comprometida con los valores de la libertad y la tolerancia o, si lo prefieren, el popular “vive y deja vivir”, está empezando a reaccionar pese a la anestesia mediática contra lo que intuye es una amenaza para su estilo de vida y lo voy a resumir en cinco letras: Islam. Particularmente las corrientes del mismo que, abusando a partes iguales de nuestra tolerancia y de nuestra estupidez, van extendiéndose como una mancha de aceite, conquistando terreno y propiciando la imposibilidad de una marcha atrás. El resultado, a corto plazo, será la inevitable asunción de medidas draconianas y la expulsión de miles de personas que representan un peligro potencial para la estabilidad social y la convivencia, como ya ha anunciado en Francia el presidente Sarkozy. Ceuta, ciudad querida, es un buen ejemplo: si las autoridades, aquí y en Madrid, hubieran hecho su labor no tendríamos que enfrentarnos a lo que, poco a poco, se nos va echando encima y que propiciará en no muchos años una situación peculiar: la existencia en el norte de Africa de una ciudad, nominalmente española, pero islamizada y en la que, por tanto, me gustaría saber que va a pasar con la aplicación de los valores contenidos en nuestra Carta Magna. Porque, voy a decirlo, Islam y Constitución son incompatibles: como el agua y el aceite.

Tiempo habrá de ir llamando a las cosas por su nombre, pero empecemos por una práctica religiosa que poco tiene de inocua: el velo islámico y sobre todo algunas “modas”, como el “nikab” (solo deja ver los ojos) o el “burka” (tapa completamente la cara) talibán. Porque el velo -y voy a darle vuelta a una frase de las últimas elecciones en Ceuta- sí que es un problema. Naturalmente que por la calle cada uno -o una en este caso- puede ir ataviada como quiera, faltaría más, al menos hasta cierto punto como veremos más adelante. Personalmente no tengo absolutamente ningún problema en que la mujer musulmana, jóven o adulta, que libremente lo decida pueda pasear con su pañuelo a la cabeza. Pero no estamos hablando de ello. Ni tampoco del colegio, porque en Ceuta “los otros” (o sea, los cristianos que aun controlan -no por muchos años- la ciudad) también se lucen. Me refiero a llevar la cara casi o completamente tapada, impidiendo en la práctica una identificación de la persona. ¿Quién se oculta?: ¿una mujer particularmente devota, un delincuente, un terrorista…?. El caso es también preocupante a la hora de obtener el DNI o el NIE (documento de identificación para extranjeros), pues desde 2006 en España es posible hacerse la foto con el velo tradicional musulmán, vulnerando a mi juicio la legislación vigente. Con los tiempos que corren la seguridad es prioritaria, estando solo limitada por los derechos y libertades fundamentales de la persona. Entiendo que la obtención del DNI no es algo banal y, además, son nuestras normas: al que no le guste que se marche a su país de procedencia. Ya está bien de burlas y recochineos.

El primer paso en Ceuta sería aprobar una ordenanza municipal que prohíba a quien fuere ir por la calle con la cara absolutamente tapada. Y si la Asamblea -por desidia, ignorancia o cobardía- no toma esta resolución, habrá que pasar a la iniciativa. ¿Cómo?. Se me ocurren al menos dos medidas: desde impulsar una recogida de firmas a denunciar sobre la marcha: en Marruecos, la policía llegó a desenmascarar a varios terroristas… convenientemente tapados y disfrazados de mujeres. Quizás, como siempre, estas líneas no sean políticamente correctas. Pero hay que abrir un debate social y por algún lado hay que empezar. Nos va en ello muchas cosas.
 

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