Año y medio después de que
Zapatero diera su palabra en su encuentro con el presidente
de la Ciudad Autónoma de Ceuta, Juan Jesús Vivas, durante su
visita oficial, el compromiso del presidente del Gobierno de
España no se ha resuelto aún pese a las constantes reuniones
entre la Ciudad y el Estado derivadas de aquel mandato del
jefe de Moncloa a sus representantes del MAP.
Quizá, por eso además de otros asuntos no conclusos con las
regiones, el jefe del Ejecutivo estatal ha prescindido de
los servicios de Jordi Sevilla al frente del Ministerio de
Administraciones Pública. El argumento con el que los
analistas han explicado los últimos cambios ministeriales se
hna centrado fundamentalmente en la “lentitud con la que se
han tratado asuntos relacionados con las autonomías”, como
bien pudieran ser los de Ceuta.
En cualquier caso, después de numerosas reuniones, acuerdos,
desacuerdos, puntos de vistas bien distintos, dimes y
diretes [es decir, una negociación dura desde la posición
dominante del Estado], todavía Ceuta no ha asumido, por
estar ralentizado de algún modo lo firmado hace seis meses
en Madrid durante Fitur, la garantizada co-gestión en
materia de políticas activas de empleo y servicios sociales,
además de una inyección económica mejorada para el
mantenimiento de la responsabilidad asumida por el gobierno
local de los Menores Extranjeros No Acompañados (marroquíes)
que tanto quebranto le está produciendo a la Ciudad, con el
añadido de cierto ninguneo estatal. Un asunto -este último-
que se mira sólo con el reojo de la molestia ante los
grandes acuerdos hispano-marroquíes que no “pueden verse
empañados” -desde el punto de vista de Madrid- por los
“pataleos pueblerinos” de los que representan a los ceutíes,
que es así como realmente -pese a que digan lo contrario-
tratan a Ceuta los insignes representantes del Oráculo
monclovita.
La visita del ministro Caldera, uno de los ‘mano derecha’ de
Zapatero llega a Ceuta mañana y tendrá hueco para recibir a
los representantes de la Ciudad en sede gubernamental. Buen
momento para que los segundos espadas del Gobierno de Ceuta
acudan ‘gentilmente’ a tratar de ‘estas cosas’ con otro
segundo espada, como lo es el aparentemente bonachón, Jesús
Caldera.
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