O algo así es lo que podemos ver
en los vaivenes de la población que se vienen dando
últimamente en nuestro país.
Hace pocos días viajaba yo en el “metro” madrileño, en una
de sus líneas, que no tiene que ser diferente a las demás.
Pues bien, no se había puesto en marcha el tren cuando me
quedé perplejo,al comprobar que “ en mi vagón yo era el
único no extranjero”. ¡¡ A qué límites estamos llegando!!.
Esto era en Madrid, pero viendo la prensa diaria, me
encuentro con un medio de comunicación escrito, del día 10
de julio, de Castilla y León y su titular me llama más la
atención que lo que había visto días antes en el metro
madrileño. Así habría página este periódico: “ -Informe
anual del CES- Castilla y León perdió 3500 jóvenes
nacionales durante 2005, pero ganó 11600 inmigrantes de la
misma edad”.
Debo repetirlo, yo he estado, siendo muy joven, en la
emigración. Yo he vivido cinco años en Alemania. Entonces en
Alemania había muchos emigrantes, pero eso sí, todos
perfectamente documentados y localizados. Además de que
todos los emigrantes habían pasado por el control del
servicio de emigración, en la recuperación del país germano,
que se llevó a cabo desde los años 50.
Aquí las cosas no van, me parece a mí, por el mismo camino,
y no es que tengan que copiar de los alemanes, no, pero si
se es original, que esa originalidad no sea de que cada uno
entre como quiera y viva como le dé la real gana, sin que el
Estado controle lo que hay, lo que entra y lo que sale de
aquí.
Vuelvo a Castilla y León: “ El informe anual sobre la
Situación Económica y Social del CES ... determina que SÍ
existe la fuga de jóvenes “talentos” de Castilla y León. El
CES corrobora que estas pérdidas son compensadas con la
llegada de inmigrantes jóvenes”. Más adelante sigue
diciendo:” Apoyándose en la estadística de Variaciones
Residenciales 2005, desvela que los jóvenes inmigrantes
superan en 8100 a los castellanos y leoneses que “huyen” de
la Comunidad. Castilla y León perdió 3500 jóvenes entre 16 y
34 años. A estos hay que añadir los 1333 extranjeros que
salieron de la región. Esta pérdida de 4874 jóvenes se
compensa con la llegada de 11600 inmigrantes”.
Los datos son escalofriantes, porque salen los más formados,
buscando otros puntos en los que puedan desarrollar sus
funciones y los que entran no parece que vayan a aportar
culturalmente o técnicamente lo mismo que los que han salido
de la región.
Esto significa que se está dando prioridad a la cantidad, a
la mano de obra barata y a veces para que funcione la
economía sumergida, mientras que aquellos que se formaron
aquí, que costó mucho trabajo y dinero su formación, irá a
rendir con esa formación fuera.
Me da la impresión que los políticos, lo mismo unos que
otros, sean del grupo que sean, lo único que buscan o lo
primero que buscan es ese lugar “al sol”, y que caliente
bien, para ellos, a costa de jugar con la población.
Y es que cuando tiras de números, y lo hago ahora de aquí
que es donde estoy, te quedas perplejo o ... al ver que
Castilla y León es la segunda comunidad que ha experimentado
un mayor incremento en la llegada de extranjeros.
Extranjeros que dejarán aquí su trabajo, no lo dudo, pero
que están utilizando unos servicios que costó sudor y sangre
lograr, por varias generaciones anteriores, que ellos no los
disfrutaron y que ahora o son insuficientes por las
avalanchas de fuera, o son más utilizados por los extraños
que por los propios castellano leoneses.
Y me parece muy bien que se atienda a todos, pero lo que me
parece peor es que sean mejor atendidos los extraños que los
de casa, y en esa situación se está entrando.
El informe al que vengo haciendo referencia constata que los
extranjeros que eligen Castilla y León son mayoritariamente
jóvenes, el 55% en edad de trabajar.
Al analizar la población en general, sea la edad que sea, la
llegada de extranjeros ha hecho que el flujo migratorio
global sea positivo en Castilla y León.
Pero, se habla a diario de paro y resulta que traemos gente
para trabajar ¿ Es acaso el paro un arma política?.
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