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cultura - LUNES, 16 DE JULIO DE 2007


Ataallah y Amrani.. ASLE.

PINTURA / ENTREVISTA
 

“Los marchantes han destruido el sentido artístico en Marruecos”

Los pintores Ahmed Amrani y
Romain Ataallah critican la “especulación que fomentan, desde 1970, los
pseudocríticos con el apoyo institucional” en su país. Proyectan impulsar una renovada Escuela de Bellas Artes en Tetuán
 

CEUTA
Elsa Cabria
elsacabria@elpueblodeceuta.com

Un discurso animado es el fruto de las reuniones que, desde hace dos años, en Ceuta, mantienen Ahmed Amrani y José Luis Gómez Barceló. Pintor y cronista son amigos y han sumado a Romain Ataallah al saco. Los dos marroquíes son miembros fundadores de la Escuela de Tetuán de Bertuchi y tienen un sueño: impulsar una nueva escuela con un espíritu contemporáneo de 2007. Han escrito un manifiesto contra el maltrato del arte en Marruecos y quieren contar con mucha gente para luchar contra la percepción de ‘vendedor’ que tienen los marchantes, los críticos de arte y los pintores. Si todo sale, también tienen planes en Ceuta, como es el caso de una bienal de artistas internacionales. Son planes, pero se van definiendo. Su exposición ‘Escuela de Tetuán: 50 años de reflexión’, en las Murallas Reales, ha supuesto la primera piedra de la casa que quieren construir.

Dice Romain Ataallah que su amigo Ahmed Amrani ha pasado treinta años “como la esfinge que guarda el tesoro artístico hasta que llega el momento clave. Imperturbable. Y que ahora se ha convertido en Don Quijote”. Artistas multidisciplinares los dos, han dedicado la mitad de sus vidas a la pintura. El primero en Francia y el segundo en Marruecos. Hasta hace dos años que Ataallah volvió a su país de origen. La joya escondida de la que hablan es la prolongación de un proyecto del que son miembros fundadores: La Escuela de Bellas Artes de Tetuán. “Trataron de que quedase en el olvido. Pero Amrani luchó durante años en silencio para que algún día volviésemos a juntarnos para iniciar un plan de futuro”.

Representan la generación que no tuvo descendientes. Eran más o menos 30, entre poetas, periodistas y dibujantes. Herederos de Mariano Bertuchi, con un carácter comprometido y crítico, integran el punto de partida del arte contemporáneo en Marruecos. No obstante, y a juicio de los dos, ese punto lleva en estado suspensivo desde 1970. Esa fecha, prosigue Amrani, marca el inicio de “un círculo de pintores oficiales, con amigos ministros, que reciben todo el apoyo institucional”. “Entre los marchantes y los pseudocríticos, se ha destruido el sentido artístico en Marruecos”, lamenta Ataallah.“El mundo occidental está mejor organizado. Nuestro país aún no ha formado una visión completa de la crítica de arte”, confirma Ahmed Amrani sobre la situación.

En el reino Alauí, según dicen ellos, “ni hay pintores, ni marchantes de calidad, ni críticos buenos, ni galerías”. Un panorama desdibujado del concepto que ellos entienden, ante todo, como “una idea que ha ido a la deriva”. Obviamente, su postura no ha sido nunca bien recibida por el sector oficial del reino. Un círculo cerrado contra el que han decidido luchar a fuerza de brochazos. En 1969, durante una exposición en las calles de Marrakech, realizaron su primer manifiesto en la calle. En 2007 han redactado uno nuevo, apoyados por otros dos artistas que estudiaron en la Escuela de Tetuán(Saâd Ben Cheffaj y Meki Megara).

Manifiesto

En él, dejan negro sobre blanco que su regla de trabajo está basada en la búsqueda, la reflexión y el rigor porque la vida tiene que confundirse con el arte. “Hay bastante gente en Marruecos que piensa como nosotros, pero tienen miedo”, asegura Ataallah que es considerado en Francia el referente pictórico contemporáneo de su país.

Su manifiesto se publicó con motivo de la primera exposición conjunta en el museo de las Murallas Reales de Ceuta. De ahí, todo son proyectos en la ciudad autónoma. “Queremos hacer una muestra de grabados y, si sale, organizar una bienal original con artistas de todo el mundo”, explica, Amrani, impulsor de la renovada Escuela de Tetuán. “Esperemos que no haya que aguardar muchos años para montar una escuela reivindicativa en Tetuán”, añade. Lo que ambos tienen claro es que el centro que fundó Bertuchi y su propio plan constituyen, en ambos casos, “un acto político de libre expresión, por fuerza”. Aunque Ataallah dice ser apolítico, entiende que la rebeldía artística es “una necesidad por implantar” en su país.

Su intento por reunir a los ‘artesanos del arte’ del reino Alauí acaba de empezar, pero no será fácil. La difusión de la muestra ‘Escuela de Tetuán: 50 años de reflexión’ ha recibido zancadillas.“Hemos sido boicoteados. Enviamos 200 dossieres a numerosos periódicos marroquíes y sólo uno lo publicó”, dice Ataallah. “Estamos en el principio, pero la prensa española nos ha dado mucha repercusión. Estamos negociando llevar la muestra a Madrid y Barcelona y no hay duda de que exponer en Ceuta será un empuje para difundir nuestro trabajo en Europa”, sopesa Amrani.

De momento, exhibirán sus cuadros en el festival de Assilah. “No dentro, que somos artistas marginales, fuera, frente a la medina. Pero al menos estaremos allí”, subraya Ataallah.

“El mejor dibujante de todas las generaciones. Demasiado avanzado a su tiempo, pero con profundas raíces marroquíes” (según palabras de Amrani) y “el hermano pequeño que nunca tuvo” (tal como dice Ataallah) han seguido un camino paralelo a lo largo de su historia. “Hablar de él es como hablar de mi”, repiten al tiempo. En esta secuencia, han decidido converger en busca de un proyecto actualmente fragmentado. Quieren que la nueva Escuela de Tetuán tenga sus apellidos y numerosos hijos. El punto y seguido acaba de ser escrito.
 

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