¿Para cuando el nuevo Centro
Penitenciario de Ceuta? Tan solo espero que sea la décima
parte de increíble que el nuestro de Alhauvips de la Torre
¿Qué dicen? ¿Qué me repito en mis exclamaciones admirativas?
Vale. Eso me lo cuentan ustedes, envidiosos compulsivos,
cuando la cárcel de Ceuta tenga jardines andalousíes con
riego automático por aspersores y puentecillos sorteando
estanques. Y arte. Porque el Director, Antonio Guerrero y el
jefe Rafael, que mueven el cotarro de artistas enchironados,
ya no tienen suficiente con emperejilar una galería de arte
en la entrada, sino que han convertido en museo “toda” la
cárcel, módulos de internos incluidos.
¿Qué dicen con sus bocas pecadoras? ¿Qué si el Director y
las Juntas tienen ingresos-extra de Madrid para pasarse el
día mejorando y restaurando? Pues no. Yo creo que no les dan
un duro de más, pero los céntimos los estiran con
imaginación y poderío para dotar de calidad de vida a la
población reclusa y les sale de los cataplines el apostar en
duro y cabezón por la reinserción por el trabajo de las
criaturas. De hecho, esta cárcel absolutamente mágica, con
arcos de madreselvas esperando a los visitantes, es
infinitamente mejor en política de cumplimiento que
cualquiera de los dejados y zarrapastrosos centros
penitenciarios de toda España, por ello, de ser imaginativos
en la Dirección general, deberían señalar a Málaga como
centro de cumplimiento en lugar de la lobreguez desagradable
de Botafuegos, la tristeza infinita de Albolote donde, en
efecto, tienen espacio para duchas en los chabolos, pero por
dentro y por fuera es inhóspita y deprimente y no digamos el
horror del Acebuche almeriense, donde dicen las malas
lenguas que hay chinches y miseria por un tubo. Espacio
tienen todas las cárceles. Pero no tienen a Antonio Guerrero
ni al personal del funcionariado malagueño, a quien eligen
por profesionalidad, simpatía y lo que es más importante,
empatía.
¿Los abogados? Nos tratan como a principitos y nos han
montado un nuevo locutorio de abogados en plan VIPS-Alhaurino,
lo que significa luces halógenas, suelos de mármol
impolutos, sofás, esculturas exquisitas en hierro forjado,
diseño a tope, muchos cuadros en las paredes, ambientadores
fragantes y dos cuartos de baño bien amplios, uno de ellos
para minusválidos. De nuevo halógenos ¡cuadros en las
paredes del WC! Y espejos sobre los lavabos con marcos de
madera labrada. Sistema acústico de discoteca para que ni
reclusos ni letrados fuercen la voz y todo tipo de
facilidades y detalles para hacer de cada visita a la
prisión un momento cómodo y placentero. ¿No les pueden los
celos y el resquemor ante la magnificencia de la gestión
profesional de Alhauvips? Pues se joden ustedes, dicho sea
con perdón de la palabra y sin ánimos de señalar, porque la
Directiva y los funcionarios son “nuestros” y de aquí no se
mueven, ni nosotros los permitiríamos, al mínimo cambio que
no sea a mejor aún nos amotinamos. Por cierto, el polvorilla
del Director y sus hombres de Harrelson, que son los
subdirectores, todos ellos más bonitos que un San Luis, se
han empecinado con los enfermos penitenciarios, que son las
más desdichadas de las criaturas porque están malos y están
presos y les están montando una enfermería que parece una
clínica de Marbella , a todo plan y remendando de viejo
porque trajinan entre presos y funcionarios para remozar,
limpiar, restaurar, mejorar y partirse el culo trabajando en
talleres o en módulos, motivados a tope y con la risilla de
mala leche que da el saber que todos nos admiran y se mueren
por cumplir aquí y no en una desangelada, triste y
deprimente prisión, donde si quieres ver algo bello o
espléndido tienes que ver si sale en la tele del chabolo.
Estos directivos alhaurinos son los que todos desean pero
que están aquí. ¡Chínchense!
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