La Universidad de Granada (UGR) considera que existen varias
cuestiones “poco claras” en el proyecto que le ha trasladado
la Consejería de Cultura para poner en marcha el campus
universitario que se desea instalar en el acuartelamiento
del Teniente Ruiz. Según la vicerrectora de Patrimonio,
Infraestructura y Equipamiento de la UGR, Elena Díez, tras
“año y pico” de estudio del proyecto la institución
universitaria sigue pensando que la propuesta del Ejecutivo
autonómico no está “ni clara ni madura”.
“La Universidad de Granada”, ha recordado Díez en
declaraciones a este periódico, “sigue teniendo claro que no
nos queremos mover de nuestras actuales instalaciones en la
ciudad autónoma porque no lo necesitamos y, en caso de
hacerlo, sólo sería para ampliar la oferta universitaria,
para poner en marcha nuevas titulaciones [el Vicerrectorado
de Planificación, Calidad y Evaluación Docente ha mantenido
conversaciones no concretadas aún en ese sentido con el
Ministerio] o para mejorar las dependencias tanto del área
docente como del de investigación”.
Ese es uno de los puntos de fricción entre la UGR y la
Ciudad. “En el proyecto que se nos ha hecho llegar en ningún
momento se habla de ampliación, y a nosotros un simple
traslado no nos interesa”, ha dejado claro Díez, quien
también duda de la conveniencia de desplazar las
instalaciones universitarias a un edificio “que no es
propiamente universitario”.
“Cualquier opción que sea buena para la universidad y para
la ciudad se apoyará”, asegura Díez, pero el hecho de que el
campus proyectado no sea tampoco de uso exclusivo para la
UGR, sino que tendría que compartirlo con el Centro Asociado
de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED)
en la ciudad y la Escuela de Idiomas, entre otros, tampoco
ayuda a la universidad a decidirse sobre el proyecto.
“La universidad preferiría saber que va a disponer de las
instalaciones para organizar cursos o cualquier otro tipo de
evento”, argumentó la vicerrectora, encargada directa del
estudio del proyecto ceutí junto con el rector de la UGR,
David Aguilar, que dejará su cargo el próximo mes de
diciembre.
La concesión administrativa
La fórmula de la ‘concesión administrativa’ para la gestión
de la infraestructura es otro escollo en las conversaciones
entre ambas partes. “No es el procedimiento más habitual”,
reconoce Díez, quien recuerda que la UGR tiene por costumbre
“recibir la cesión de los terrenos que corresponda y poner
en marcha el proyecto con nuestros propios medios, buscando
la financiación necesaria y con plena libertad”. En
concreto, la UGR preferiría ser la titular de los terrenos
donde se levantaría el campus, aspecto que la Ciudad
Autónoma rechaza amparándose en informes técnicos basados en
que se trata de suelo cedido por el Ministerio de Defensa a
la Administración autonómica.
Vivas se dio la semana pasada de plazo hasta finales de año
para llegar a un acuerdo con la UGR o, si no, buscar “otras
alternativas” para el acuartelamiento del Teniente Ruiz, en
cuya transformación en campus universitario no ha aceptado
implicarse económicamente el MEC.
|