He dicho en más de una ocasión que
toda la información que parte de Tráfico es una amalgama de
mentiras o tapujos que no tienen sentido, ni son una
realidad que pueda convencer, para más de un día.
Llevamos un año oyendo a estos ilustres ineptos, algunos de
ellos enchufados, decir que las cifras eran tremendamente
favorables y que había descendido la siniestralidad en un
14%. Uno puede creérselo, puede pensar que es otro de los
muchos bulos o ser aséptico con la información, sin más.
Sin embargo, veo que ahora el director general de Tráfico,
Pere Navarro, dice en los cursos de verano que se celebran
en el Escorial, que el número de fallecidos en carretera
este verano, él cree que será superior al de los meses de
julio y agosto del pasado año 2006.
Pues no lo entiendo, o es que nos han mentido antes o nos
vuelven a meter miedo, como siempre que se van a dar muchos
desplazamientos.
Pere Navarro dice que hasta hace dos semanas, hasta el 1 de
julio, el efecto carné se comparó con un período en el que
este sistema no estaba en vigor, con lo que el resultado fue
de un 14% menos de muertos en las carreteras.
Hasta ahí, todo muy bonito y sólo tendrá sentido lo que
sigue afirmando, si es que preparan algún otro invento, para
dar más miedo y que la gente salga menos, o no salga, a la
carretera. Porque el responsable de la DGT va preparando el
terreno para cuando tenga que dar cifras a finales de verano
y estas cifras sean totalmente negativas. Y es que justifica
todo lo dicho anteriormente en esto: “ Entonces, las cifras
fueron excepcionalmente buenas – con 137 muertos menos que
en 2005 – por lo que este será un verano difícil”.
Menos mal a que ha dado cifras y fechas de una legislatura
en la que gobiernan los mismos, en los momentos de más y
menos siniestros, porque tan acostumbrados están a mover
ficha para cualquier lado, que podría haber hecho la
comparación, si fuera desfavorable para aquellos, con otras
etapas en las que gobernaba otra opción política.
Lo que sí es cierto es que en pocos días ha pasado de un
triunfalismo, el pasado día 1, a otra situación, y en
contraste con ese balance triunfal ahora ha matizado que: “
Lo importante es cerrar el año bien y mantener la tendencia
de descenso de accidentes”. Eso lo podemos decir cualquiera
de nosotros, sin ser director general de Tráfico, y además
podemos decir que frente al carné sancionador, por puntos,
habría que acometer la anulación de ciertos puntos negros
que hay en nuestras carreteras y que son uno de los motivos
de tantos siniestros en las rutas.
Porque los parches, como es el caso del carné ese por
puntos, duran unos días, acaso unas semanas, o unos meses,
pero luego se vuelve a las andadas, que es lo que él mismo
viene a reconocer, por cuanto la entrada en vigor del carné
por puntos el año pasado, hace de esto ya un año, fue
decisiva para reducir la siniestralidad en carretera, pero a
continuación, y esto es lo grave, hay que decir que se trata
de una medida que pierde eficacia con el tiempo.
Y tanto que pierde eficacia. Porque el año pasado, quien
más, quien menos, tenía sus precauciones hasta ver como
andaba la cuestión de los puntos, y ahora, cuando ya se ha
pasado el efecto “miedo”, la gente vuelve a conducir como
antes, las carretera son como hace un año, y lo que trajo
esa medida fue haber logrado retirar 1500 carnés a personas
que habían cometido varias infracciones.
Ahora, como aquí el que no se conforma es porque no quiere,
Pere Navarro, tras pasar de la euforia al optimismo, y del
optimismo a la cruda realidad, se mostró satisfecho del
primer año de existencia de este tipo de carné por puntos,
un carné para sancionar, no para conducir mejor, ni para que
las carreteras estén en mejores condiciones y los accidentes
disminuyan.
Por desgracia, en vez de alegrarnos por la salida a
disfrutar de sus vacaciones, tenemos que mostrar
preocupación ante lo que se avecina, y no porque lo diga el
director general de Tráfico, que con toda seguridad no
acertará, como casi siempre.
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