Más de la mitad de los ceutíes de
15 años no están en el curso que les corresponde. Este es un
dato objetivo que refleja el enorme índice de repetidores
que cursan sus estudios en la ciudad.
Teniendo en cuenta que las sucesivas leyes educativas han
procurado especialmente evitar que el alumno repita, podemos
deducir que el sistema educativo en Ceuta hace demasiada
agua. El sistema no funciona y fracasa año tras año hasta
situarnos estadísticamente en la cola nacional. Triste
bagaje para un Ministerio, el de Educación y Ciencia
absolutamente plenipotenciario en Ceuta que no parece
acertar con la fórmula de gestión educativa correcta que
evite datos que no son excesivamente honrosos para lo que se
le supone de capacidad a todo un MEC en directo nivel
competencial con las Comunidades Autónomas de España que, en
estos guarismos... y en otros, lo superan claramente.
¿Qué estamos creando?. La pregunta desgraciadamente no se
responderá hoy, ni mañana, pero se puede anticipar mediante
una mínima reflexión: de seguir así, la mitad de la
población que hoy es estudiantil tendrán pocas o nulas
opciones universitarias y que sólo en la Formación
Profesional o similar podrá tener cabida. La preparación
cultural o la preparación a secas -como palabra que aúna lo
referido a alguien que cumple con los requisitos para
triunfar en el ámbito laboral-, no será para la mitad de la
población ceutí, dentro de diez años, un objetivo cumplido.
Las consecuencias de ello pueden ser fácilmente imaginables.
La Ciudad Autónoma se ha prestado a colaborar estrechamente,
con todos los recursos a su alcance porque entiende que son
las instituciones públicas las que, responsablemente, deben
velar porque nuestros jóvenes de hoy dispongan de los medios
necesarios y de la calidad suficiente, como para que una
mala gestión de la administración o del sistema, no
perjudique a las generaciones venideras.
La Educación y, en concreto, un buen sistema educativo es la
clave del éxito de un país en su futuro. Los cambios de
legislación adaptados a los criterios políticos del momento
no hacen sino provocar el caos en el sistema en detrimento
de los niños y jóvenes que serán los adultos del mañana.
Debiera jugarse menos con estas cosas.
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