Las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla no dejan de perder
residentes en el cálculo migratorio dentro del Estado desde
que comenzó el siglo XXI. Durante 2006 el éxodo de
residentes en ambas regiones se redujo con respecto a años
anteriores, pero no abandonó la tendencia que mantiene desde
el año 2000.
En concreto, y según los datos publicados ayer por el
Instituto Nacional de Estadística (INE) sobre variaciones
residenciales, 2.183 residentes en Ceuta abandonaron la
ciudad para asentarse en otras Comunidades Autónomas,
principalmente en Cádiz (583), Madrid, Málaga y Granada. En
el cómputo global, la ciudad perdió 221 vecinos.
En Melilla, 2.324 vecinos hicieron la mudanza, en este caso
con Málaga (448) como destino predilecto. El saldo global
arroja un déficit de 321. Analizando los datos históricos,
en 2005 fueron 577 y 371 vecinos, respectivamente, los que
perdió el censo de Ceuta y Melilla por haber cambiado de
residencia en territorio español. Un año antes, el saldo
migratorio negativo superó en Ceuta el millar de . El año
1999 fue el último en el que Ceuta y Melilla arrojaron un
saldo positivo en el apartado de migraciones dentro del
Estado, con 337 y 184 nuevos vecinos respectivamente.
Desde 2000, sin embargo, Ceuta ha perdido un total de 3.751
censados. En Melilla el éxodo ha sido aún más acusado: se
fueron 4.434 personas más de las que llegaron desde otras
partes de España.
La inmigración mantiene el censo
A pesar de ello, el censo de residentes en las dos ciudades
autónomas no ha dejado de crecer durante los últimos años.
Ello se debe tanto a las altas tasas de natalidad (las
mayores de todo el país) que se dan en ambas ciudades como
al efecto compensatorio que realizan los inmigrantes sobre
el saldo total de residentes.
Así, en 2006 Ceuta ganó 306 vecinos una vez contabilizados
todos los que dejaron la ciudad y los que llegaron a ella
(desde el exterior se recibió a 527 personas más de las que
se fueron a vivir fuera de España desde aquí). En Melilla
ocurrió otro tanto de lo mismo, aunque de una forma mucho
más acusada: las emigraciones dentro del Estado le restaron
193 residentes, pero desde el extranjero recibió a 2.111
personas. En total, 1.754 vecinos más.
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