Nada hay más peligroso en política
que algunos de los llamados políticos, que tampoco hay que
abusar, atesoren tanto poder que lleguen a creerse el niño
en el bautizo, el novio en la boda y el difunto en el
velatorio. Esa creencia es el error más grande que pueden
cometer todos estos políticos u lo que sean, que tocados por
la suerte de la vida le regalaron, un día de esos en que
cuando Catalina se acuesta Lorenzo se levanta, el pito y la
gorra con mando.
Además de su egolatría personal e intransferible les
acompañan otras virtudes como la prepotencia y hasta si
apuramos un poco esa chulería digna de todos aquellos
inútiles que como el chiste “jamás la habían visto más
gorda”, que les lleva a decir con toda arrogancia: “quienes
se muevan no salen en la foto que, aquí, el que manda soy
yo”. ¡Toma del frasco, Carrasco!. Oiga, amigo guardia, toda
esta fauna de inútiles con gorra y pito, lo dicen así como
el que no quieren la cosa que para eso, ambos aditamentos
gorra y pito, le dan todo el poder del mundo mundial,
incluido el mundo de otros mundos. ¡Que ya son mundos!
Y ni te cuento, serrana del alma, cuando le dan por abrir
ese piquito de oro que creen poseer. Porque esa es otra, no
sólo poseen todo el poder, sino que cuando “largan” por el
piquito son lo no va más de la sabiduría en el arte de la
oratoria. Servidor, lo tengo que decir porque no me lo puedo
callar, cuando ha escuchado a algunos de estos lumbreras
largar por ese piquito, se me han venido a la memoria los
grandes oradores de la historia, que quedarían en pañales
antes esta nueva generación de pegarle patadas al
diccionario y decir verdaderas barbaridades en sus
intervenciones, mientras son jaleados por los pelotas y
lameculos que llevan a su alrededor.
Pasean por las calles cual pavos reales con sus plumas
abiertas tratando de conquistar a su amada, mientras lanzan
sus miradas desafiantes, a todos aquellos que consideran
tener una inteligencia superior a la suya. Esos, cuyas
inteligencias son muy superiores a las suyas, son declarados
sin miramiento alguno, enemigos a batir hasta su eliminación
total. Es curiosos comprobar como los que giran a su
alrededor llegan a tenerles miedos y acatan sus ordenes sin
osar levantar la cabeza mirándole a los ojos vayan a
enfadarse toda esta partida de inútiles con gorras y pitos.
Lo que me viene a demostrar que no son más que una pandilla
de cobardes incapaces de hacerles frente, haciéndoles ver lo
inútiles que son a pesar de todo el poder que acumulan
gracias a la tómbola de la vida, que sin que nadie sepa por
qué, les otorgó la gorra y el pito con mando. Así nos crece
el pelo.
Por eso su miedo es sólo para aquellos que les conocen bien,
que no les deben nada, son más inteligentes que toda esa
fauna y juegan con ellos al ratón y al gato cada vez que les
parece, mostrándoles a todos los que quieren saber cuál es
la verdad de esos personajes, su auténtica cara, arrancado
de un golpe la careta tras la cual se ocultan todos estos
personajillos y polítiquillos del tres al cuarto. ¿Quiénes
serían los que les entregaron la gorra y el pito con mando?.
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