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OPINIÓN - LUNES, 9 DE JULIO DE 2007

 
OPINIÓN / EDITORIAL

Mayor atención entre los bañistas

Este fin de semana, las playas de Ceuta [Miramar y Tarajal] pudieron haber sido escenarios de dramáticos sucesos de no haber sido por la rapidez y buen hacer de los equipos de socorrismo que la Asamblea de la Cruz Roja de Ceuta disponen a lo largo del litoral.

Y lo podía haber sido porque, algunos bañistas [todos ellos menores de edad], desconocemos si sólos o acompañados por mayores, no respetaron la simbología de precaución que se establece en los distintos colores de las banderas que se izan en los mástiles de las playas donde están presentes los voluntarios de Cruz Roja. Y eso es un grave peligro.

Cuatro bañistas, el más pequeño de 7 años, tuvieron que ser rescatados por los miembros de la ONG, algunos de ellos con hipotérmia, todos asustados, e impresionados finalmente por la fuerza del oleaje y de la consiguiente resaca que les pudo, y les impidió retornar a la orilla. Algunos de ellos lo pasaron realmente mal.

Este hecho, ha supuesto que desde la entidad se haya insistido en varios puntos absolutamente necesarios. El primero de ellos es que los ciudadanos conozcan la simbología de los colores de las banderas, aunque el principal sería el que la Ciudad Autónoma dictara una ordenanza exigiendo el estricto cumplimiento por parte de los bañistas de las precauciones debidas en función de la bandera que se encuentre ondeando.

En no pocos municipios costeros del Levante español, es la Policía Municipal la que exige ese cumplimiento y, en su caso, puede incluso llegar a sancionar a quien no lo respetase. Las medidas correctoras deben tomarse a la mayor brevedad posible. Este pasado fin de semana, el oleaje de Levante pudo acabar en tragedia. Cruz Roja había izado las banderas amarilla en el caso del suceso de la playa de Miramar y la roja en el caso de la del Tarajal, aún así cuatro niños perdieron la posibilidad de retornar a la orilla. La institución autonómica, a la sazón municipal, no debe dejar pasar la ocasión, ahora que afortunadamente todo quedó en un susto, de aprovechar para realizar las iniciativas necesarias como para prevenir situaciones como las vividas. En la ordenanza de playas no figura en ningún punto el respeto debido a la simbología de las banderas. Algo podrá hacerse para mejorar ese vacío que supone el desconocimiento entre los bañistas y el peligroso atrevimiento de algunos por no respetar estos signos que, además, sirve para poner en riesgo la vida de quienes intentarán salvarles en caso de accidente.
 

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