Con estos encuentros terminará el año político, en el
Parlamento, y quienes hemos seguido la casi totalidad de lo
que allí se ha expuesto nos vamos con la sensación de que o
somos tontos o algunos políticos son demasiado listos para
tomarnos el pelo.
Comenzó todo con el discurso de apertura, por parte del
presidente del Gobierno, señor Rodríguez Zapatero, quien
trató de exponernos una situación de la España de hoy muy
similar, pero mejor que, cuando se nos habla de Alicia en el
País de las Maravillas.
Y esto fastidia, por no decir otra cosa más fuerte, cuando
se nos habla de una retahíla de situaciones cumplidas, con
más libertad, más igualdad y mejor vida.
Yo creo que no soy de los que peor viven, pero todos los
logros conseguidos, según Zapatero, me parecen muy lejanos a
la realidad y lo que no se puede hacer es escudarse en
palabras adornadas, pero huecas, vacías de contenido.
Para mí, con este discurso, José Luis Rodríguez Zapatero
estaba abriendo la campaña electoral, otro sentido no se le
puede dar, desde una situación distante, pero objetiva.
Y avalan lo que acabo de decir las manifestaciones, nada más
terminar el discurso, del portavoz de CiU, Durán y Lleida,
al afirmar: “ España tiene problemas que el presidente no ha
sabido ver”. Afirmación sencilla, escueta, pero contundente.
Según parece, ambos viven en mundos diferentes.
Por si esto era poco, Llamazares que unas veces intenta
arrimar su “rojerío” hacia el PSOE y en otras ocasiones se
convierte en el “hermano bastardo”, decía: “Este discurso no
se dirige al pueblo español, va dirigido a las multitudes
del PSOE”.
Dos posturas, en frío, pero viendo lo que hay y analizando
los aspectos adornados, pero sin más.
Tras el receso del mediodía abría la tarde Mariano Rajoy,
con un discurso muy preparado, yendo de menos a más y
golpeando en los flancos del presidente, allí donde había
más debilidad. Zapatero, poco a poco, va a irse
encolerizando, incluso casi perdiendo su famoso talante,
hasta terminar bastante tocado en la última de sus
respuestas desde el propio escaño. Zapatero no aguantó el
cuerpo a cuerpo.
Comenzó Rajoy – es más fácil tacar desde la oposición-
diciendo que “ nos encontramos caminando sobre los
escombros”, tras el discurso huidizo del presidente del
Gobierno, al que se tildó de hacer una política lamentable.
Rajoy atacó directamente al presidente con otra frase que no
tenía desperdicio:” Nunca he visto a nadie hablar tan bien
de sí mismo”, y eso que ha presentado una España idílica,
imaginaria “ sin haber diseñado un plan de gobierno, sino
que va según sopla el viento”.
Poco a poco se iba calentando el ambiente, Zapatero, se
notaba en su rictus, no encajaba con comodidad los zarpazos
que le enviaba Rajoy, al seguir diciendo:” no existe
programa, se ha limitado a navegar y cuando está a punto de
malversar una legislatura, no hace nada, sólo culpa a la
oposición”.
En el hemiciclo había división de opiniones, según hacia qué
parte se dirigiera uno.
Otra frase que golpeó con fuerza al presidente fue la
referida a :” exportar alianza de civilizaciones es bonito,
pero es más bonito exportar tecnología, competencia,
productividad y confianza económica”. Lo que venía a añadir
que el primer balance de la gestión de Zapatero era un
vacío.
En torno a la entrada de ilegales el pasado año, le envió
otra andanada:” más de 600.000 inmigrantes entraron en
España, lo que significa que llegaron a nuestro país más que
a Italia, Francia, Gran Bretaña y Alemania juntas”. El dato
es escalofriante y las consecuencias..., ya se van viendo.
No podía faltar la alusión a la política exterior, si es que
se quieren tocar todos los temas en los 50 minutos que tenía
Mariano Rajoy, quien sobre este asunto dijo: “No hay que ser
pintoresco, hay que ser previsible evitar amistades
peligrosas, Cuba y Venezuela”. El libre directo impactaba en
las amistades más señeras que se pretenden reafirmar.
El asunto sobre el que más insistió Rajoy fue el del
terrorismo, pero antes de llegar a él insistió sobre la
política llevada por Zapatero como:” pobre, corta, carente
de perspectivas y la menos apta de toda la democracia”.
Lo más duro de toda la intervención del líder de la
oposición se puede resumir en :” Quedaron cuentas pendientes
en la transición, según usted, o según usted entiende”. “ Ha
deteriorado el clima de convivencia”. “ No ha podido hacer
las cosas peor, ha engañado a unos y a otros”. “ Ha quebrado
el consenso, ha jugueteado con la estructura del Estado. Ha
sido imprudente al haber pactado con fuerzas políticas
contrarias a la Constitución. Imprudencias temerarias”.
Y en las relaciones con ETA, Rajoy hace este análisis: “
Conducta desleal del presidente que no ha querido darnos las
explicaciones que los españoles se merecen, con una
lamentable actuación en el proceso de paz, en el que nos
mintió . Lleva tres años engañándonos a todos”.
Terminamos esta intervención de Rajoy con otras
afirmaciones: “ Su Gobierno representa un paréntesis en la
política de España, con fraude por la falsa actuación para
la paz”.
Desde mi punto de vista fue durísima la intervención de
Mariano Rajoy, a la que Zapatero replicó con: “ usted ha
utilizado a ETA contra el Gobierno”. “Su tono y estilo son
de faltón despreciativo”.” Le salen sucesores por toda
partes”. “ Su record está en llevar a su grupo de la mayoría
absoluta a la oposición”, para terminar con una frase que es
imposible que haya alguien que se la haya creído:” Hemos
reafirmado España”.
Con esto, el presidente cada vez va perdiendo el punch, y
más cuando su oponente, en este caso Rajoy le suelta:” ha
cometido la máxima deslealtad, cuando desde el Gobierno del
PP le enviábamos información y ustedes estaban dialogando
con ETA”, tras lo cual hay una nueva acusación:” No tiene
talla para asumir la responsabilidad, no es de fiar, no está
en condiciones de gobernar”.
Con la petición de la actas de las negociaciones con ETA,
Rajoy le pone en la disyuntiva de, o “ nos informa de la
conversaciones habidas, o coja usted el camino de la
Zarzuela”.
Zapatero, finalmente, dijo que estaba dispuesto a agotar la
legislatura. Vamos a ver si lo logra.
Por lo que respecta a los demás grupos, únicamente CiU
arrancó algo, como siempre, barriendo para Cataluña:” En
diciembre habrá llegado el AVE a Barcelona”, y también le
sacó: “ la administración de los ferrocarriles de
cercanías”.
El punto de seriedad lo puso el presidente del Congreso,
Manuel Marín al advertirle al catalán, creo que de Ezquerra,
que si seguía hablando en catalán aplicaría el reglamento
pertinente.
Estuvo, como en él es habitual, muy bien el presidente del
Congreso, a lo largo de todo el debate, esto no nos extraña
porque él tiene tablas y saber estar por arrobas.
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