EROTICA DEL PODER
El fin no justifica los medios. En la política no vale todo.
La transparencia en la gestión pública, es democracia. Lo
demás son pamplinas.
No se debe etiquetar, poner públicamente, a unos de ladrones
y luego pactar como si tal cosa con esos mismos supuestos o
pretendidos amantes de lo ajeno.
La derecha ceutí nunca tuvo que haber dado ese paso
desacertado, ese traspiés, obsesionada por volver al poder
perdido en el camino serpenteante.
Siempre el poder. La erótica del poder.
La derecha ceutí nunca tuvo que haber permitido que en lugar
de hacer oposición se marchara “fuera de casa” a realizar
otros menesteres como si la labor de fiscalización fuera
asunto de poca importancia.
Como si el hacer una buena oposición no fuera, precisamente,
el camino directo al acceso al poder de manera lógica y
respetable. Como si eso de la oposición fuera una especie de
pérdida de tiempo y de dinero.
FAVORES “CORRIENTES”
El pueblo no le ha concedido su respaldo. La derecha ceutí,
no obstante, no ha permitido que se de un garbeo por la cola
del paro con olor a churros calentitos.
Con musas como las suyas no es de extrañar que se le haya
buscado cargo cargado entre tanto cargo distribuido.
Son devoluciones de favores que al socaire de hacer política
lo único que se logra, a la postre, es ir descomponiendo lo
que se espera en el sentido de sanear lo que merece la pena
de ser barrido.
En el Príncipe Alfonso no cabe más solución que la única
posible: derribar esa manifiesta ilegalidad y construir una
bonita barriada al estilo de los cánones arquitectónicos
españoles.
Hablar de hacer un Albaizín no sólo es un eufemismo, sino
ganas de hacernos comulgar con molinos de viento.
El Príncipe es una ilegalidad que no hay por donde cogerla.
Para colmo de los colmos, en los interiores de muchas de sus
viviendas se encuentra con toda naturalidad el tendido
eléctrico público que la “visita” en su recorrido como si se
tratara de un huésped más de la morada.
Las casas se han construido, en muchos casos, con las prisas
de la noche, “absorbiendo” los cables del alumbrado.
¿Es qué se hacen tomas ilegales del tendido eléctrico?
En un pueblo en el que años atrás, en plena democracia, un
concejal del Ayuntamiento tomaba para su chalet particular
luz de la red pública, como si tal cosa, no sería de
extrañar que en alguna de esas casas del Príncipe la
“tentación” hubiese llevado también al pecado.
El Príncipe no es ni será un Albaizín. Es una manifiesta
ilegalidad de ilegalidades por muchos votos que los
políticos se quieran y pretendan granjear de un colectivo
del que no hace tanto nadie quería saber nada de nada.
Pero es que en una democracia los políticos no pueden ni
deben gobernar en base a los votos. Su única realidad es la
visión transparente de lo que se ajusta a la necesidad
legítima del pueblo en su conjunto, por encima de otras
circunstancias.
Lo que no se puede, lo que no es de recibo, es ser generosos
para con un sector de la población e ir de legalistas
consumados para con otros segmentos cuya desgracia es no
proporcionar un número significativo de votos.
Celos legalistas para unos. Para otros la lupa con la que
buscar la ley de leyes no habidas, habidas, y por haber.
Se “machaca” a unos. Se “beneficia” a otros.
Exceso de legalidades. Ausencia de legalidades. Bonito
binomio. Raseros dispares. Un pueblo único.
LA SOCIEDAD DE TIRO NO PEGA UN TIRO
Esta semana yo estaba comprometido en hablarles sobre el
cerrojazo que el pasado mes de abril la Guardia Civil de
Ceuta dio a la Sociedad de Tiro de Pichón.
Fue clausurada en base a un informe de posibles faltas en
los requisitos que deben cumplir este tipo de sociedad
deportiva.
Una de esas carencias estribaba para la inspección llevada a
cabo por la Benemérita, en el hecho de que los plomos de los
tiradores atravesaban una carretera nacional y terminaban
cayendo al mar, con la consiguiente contaminación.
Ni que decir tiene que la pista de tiro se encuentra por
encima de la carretera Playa Benítez-Calamocarro, a una
considerable altura.
La posible contaminación dimanante de los plomos caidos al
mar, parece rizar el rizo pero…
El caso es que desde el pasado abril permanece clausurada
esta sociedad que esta misma pasada semana ha querido
mantener reuniones con el fin de buscar una salida.
Pretenden los socios lograr que se les facilite por parte
del Ayuntamiento un lugar alternativo en el que poder seguir
practicando esta actividad deportiva que tiene a sus
espaldas los 50 años de antigüedad y tradición en la ciudad.
Como quiera que están intentando buscar una solución es por
lo que responsables de la Sociedad de Tiro han pedido a este
periodista “congelar” su material sobre este asunto durante
unos días para poder así aportarme las últimas novedades que
se hayan podido producir.
LA INDEPENDENCIA JUDICIAL... Y LA MALA UVA
En varios de mis artículos me he referido a la situación
vivida por este periodista en Ceuta en aquellos años de la
Transición en los que la ciudad contaba tan sólo con un solo
juez.
En aquella época en la que yo capitaneé el “barco de papel”
primero me tocó un juez al que yo critiqué en el sentido de
que era conveniente, desde mi punto de vista, que el único
titular de Justicia de Ceuta no tuviera intereses directos
con el país vecino, pudiéndose ver afectada su
independencia.
Por aquellos entonces un juez era sinónimo de dios del
Olimpo, y me cayó un desacato como la copa de un pino por
este tema. Al que siguieron, se dice pronto, 40 desacatos
más por diferentes motivos con otras autoridades ceutíes.
De nada valió que se demostrara en el juicio por parte del
fallecido abogado Juan María Bandrés, y del catedrático de
Economía, Ramón Tamames, que el juez poseía en la población
marroquí de Larache una finca de naranjas en explotación con
el Gobierno marroquí, y que en el juzgado las causas que se
seguían fueran mayoritariamente sobre individuos de origen
marroquí, casi en su ochenta por ciento.
Diré que la Sala de Cádiz que se desplazaba hasta Ceuta para
juzgar, para juzgarme, también fue objeto de mis críticas
habida cuenta de que tanto los miembros de la Sala como sus
esposas se alojaban en el hotel la Muralla, y el
Ayuntamiento corría con todos los gastos habidos y por
haber.
En aquellos años de Transición este periodista se convirtió
en el periodista español, junto con uno de Interviú, José
Luis Morales, que más desacatos acumuló en un corto espacio
de tiempo.
Por así expresarlo, me “frieron” literalmente. Hasta llegué
a realizar una portada en la que cruce la primera con una
equis y titulé: “Estoy en el Juzgado”.
También recuerdo la portada que le dediqué a ese juez: “Le
pedimos al pueblo de Ceuta que lo juzgue”. Cometí un laismo
puesto que en lugar de “lo”, tuve que haber puesto “le”.
Pero, pese a mi “pelea” profesional con ese juez, yo
mantenía con él una relación cordial. En el fondo, nos
apreciá.bamos. Es más, salió de Ceuta destinado a Madrid, a
la Audiencia Provincial Territorial, y en cierta ocasión
tuve oportunidad de entrevistarle para TVE donde me
encontraba en compañía de un compañero de la Facultad de
Ciencias de la Información. Dicho compañero, Rafael Sánchez
Avelló, pasó a ocupar el cargo de delegado del Centro
Territorial de TVE-Asturias. En el Pirulí era jefe de
Sociedad-Cultura.
Al primer juez de mi etapa al frente del “barco de papel”
siguió para mi “suerte” otro que ya venía de Málaga con una
“bonita historia” de haberle arrojado a un letrado, en el
Juzgado de Familia, una campanilla.
Este juez terminó siendo incapacitado por el Tribunal
Superior de Justicia, y a mi me detuvo y encarceló de forma
ilegal.
Desde la Delegación del Gobierno de Ceuta me llamaron para
avisarme de que iba a ser detenido y encarcelado.
En la Delegación del Gobierno se encontraban reunidos: su
titular, el alcalde y el propio juez, para independencia
independiente.
No se me comunicó, como es preceptivo constitucionalmente,
el motivo de mi detención e ingreso en prisión, y se me
presionó para que revelara mi fuente de información, aunque
yo declarara a mi salida que no había sido así, de puro
miedo.
Mientras que con el primer juez, y pese al rosario de 40
desacatos, figura ya desaparecida del ordenamiento jurídico,
yo me sentía “vivo” en la “pelea”, con este segundo juez
venido a Ceuta, me sentí mentalmente hundido porque no
llegué a comprender cómo ya en el año 82 pese a su
arbitraria e injusta actuación para conmigo, no le pasara
absolutamente nada.
Al poco tiempo de este hecho del todo injusto se produjeron
los desafortunados acontecimientos del hundimiento de mi
“barco de papel” y yo me encontré, del día a la noche, en la
calle, sin trabajo, y más abatido que el propio armazón del
“navío” que yacía en el fondo del Estrecho comenzando el
“proceso” de oxidación de la puntual crítica hacia las
actuaciones de los cargos públicos de la ciudad.
En lo que menos pensé es en denunciar a nadie. Estaba
“tocado y hundido”.
Eran los primeros años de los 80 y yo quise situar todos
aquellos acontecimientos de malos encuentros con los dos
máximos responsables de la justicia en esta tierra, como
“coletazos del Franquismo”.
Corre la primera semana de julio del 2007 y he tenido
oportunidad profesional de asistir durante varios días al
juicio oral por el que el juez Fernando Tesón, quiere que se
haga con él justicia.
Todos los detalles les ha sido magníficamente relatados
durante toda la semana por el director adjunto de este
medio, Gonzalo Testa.
Yo no deseo ahora entrar tanto en la narración de lo ya
expuesto, como en el hecho escandaloso de que se sienten en
el banquillo de los acusados todo un ex delegado del
Gobierno, un ex comisario, un inspector de la Policía, y el
jefe de Prensa de la Delegación del Gobierno.
Que situaciones como éstas se produzcan en nuestra ciudad es
sintomática de una descomposición social sin precedentes.
Escuchar en la Sala de la Audiencia al periodista de El
País, José María de Irujo, autor de la publicación de la
noticia, allá por el año 2002, detonante de todo lo que
ahora se juzga en Ceuta, decir a los componentes del
Tribunal que él también publicó en dicho diario nacional un
informe del Ministerio del Interior en la que se recogía
que: “las principales instituciones de Ceuta estaban
corrompidas”, es como para sentir vergüenza de ser ceutí y
salir corriendo.
Que máximos responsables de la policía ceutí en manifiesta
connivencia con todo un delegado del Gobierno redacten,
elaboren alegremente, una nota informativa, de ambiente,
sensible, respecto a un juez sin la menor prudencia en su
redacción documental; sin contrastar en absoluto nada; sin
reparar en el daño; sin un mínimo de buena fe; sin pensar en
consecuencias; sin tener para nada en cuenta el personaje
sobre el que se “echaba mierda”.
No sólo el juez Fernando Tesón. Ningún juez puede ser diana
de asuntos oscuros vengan los mismos de donde procedan.
Un juez no es un dios del Olimpo; pero es nuestra garantía
constitucional de defensa ante los abusos y atropellos de
los “malos”.
El juez es el garante de nuestros derechos. Un juez, es la
“voz” de la ley.
El poder ejecutivo no puede repetir en Ceuta la historia de
interferencia, de injerencia, en el sistema judicial, como
en su día y año hizo con este periodista.
Los poderes públicos, su obligada división, legislativo,
ejecutivo, y judicial, cada uno por su lado, por su camino
diferente por independientes.
Si se sigue en Ceuta con la práctica de conculcar el mandato
constitucional, entonces, apaga y vámonos.
En mis tiempos, se trataba, eso pensaba yo, de coletazos del
Franquismo. Pero, ¿y ahora de qué se trata?
Porque uno es de la opinión de que ser un juez no es como
ser un especial hijo de un dios griego, revestido no de una
condición de persona aforada, sino con patente de corso,
intocable, blindado; es por lo que creo que un magistrado sí
puede y debe ser investigado ante unos indicios racionales
de una conducta, de unos comportamientos, de unos hechos,
que conduzcan a la presunción manifiesta y clara de no
actuar conforme a Derecho.
De ahí a que se haya hecho sin el menor indicio, sin la
menor prueba, sin la menor duda o sospecha documental sobre
una actuación impecable en su ejercicio público de más de
veinte años en nuestra ciudad, es de gente a la que yo
espero y confío que la justicia ponga en su correspondiente
sitio sombreado. Eclipses de sol y lunas.
Zonas oscuras que han buscado por méritos propios.
En mi etapa de sombras en la democracia local, yo sufrí y
padecí las graves consecuencias de dos jueces.
Ello no es óbice para que desde las cenizas de mi actual
condición de “perro con pulgas” me una, después de escuchar
atentamente las manifestaciones expuestas en el juicio oral,
al clamor de un juez que exige justicia en Ceuta.
Fernando Tesón no es de aquí pero lleva entre nosotros mucho
tiempo trabajando de forma honrada y decente.
Las casualidades, lo he escrito por activa y pasiva, no
existirán pero Tesón está entre nosotros desde el día 16 de
diciembre de 1983.
Este sagitario nació el 16 de diciembre de 1951.
Es decir, marcando este signo, la corrupción no anda cerca
por mucho que determinadas mentes quieran, pretendan, o
deseen, fabular-confabular.
O maquinar de manera perversa con el firme propósito, no
precisamente de la enmienda, de “atacar” el honor-honorable
de un juez que es respetado y querido en Ceuta, por casi
todo el mundo.
Lo cual dice a favor del señor Fernando Tesón que la gente
de a pie, la gente sencilla, tiene la percepción pública
sobre su personalidad y figura de que no sólo es un juez
sino que, además, lo parece.
Entre algunas de las exposiciones desarrolladas por el
magistrado Tesón, me quedo y les traslado esta queja suya:
- Si hubiera funcionado Servicios Internos esto – se
refiere el juez Tesón a todo el conflicto suscitado- se
habría aclarado en 2 minutos.
Asimismo, me detengo y tomo para finalizar este domingo de
julio, una de las frases pronunciadas por el
Alcalde-Presidente, Juan Vivas, en su comparecencia en este
tema que para este periodista figura como la noticia más
importante por trascendental, que se haya producido en
nuestra tierra en los últimos tiempos.
Sin ambages, con total contundencia, Juan Vivas, afirmó en
el juicio oral:
- El magistrado Tesón –declaró el señor Vivas-
tiene y cuenta en su haber profesional con una buena, por
ganada, reputación en Ceuta.
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