Como siempre, el 7 de julio. No es
fiesta variable, es fiesta fija, segura y de puertas
abiertas.
Da lo mismo ser pamplonica, ser navarro o ser turista.
Durante estos días, en Pamplona, nadie es forastero. Todos y
cada uno de los que acuden a Pamplona saben que si no tienen
una plaza hotelera, sí van a tener un espacio en un jardín
para matar el sueño un rato y luego, más tarde, volver a la
fiesta.
Aquí no podemos decir que la fiesta comience a primeras
horas de la mañana. Es cierto que con la salida del sol, o
poco más, se corren los encierros, pero estos son, para
unos, el comienzo del día y , para otros, el cierre del día
anterior.
La fiesta, además, sólo tiene dos colores, el blanco del
pantalón y la camisa y el rojo, tan vistoso, que acompaña a
los mozos, a los nenes, incluso a las damas y a todo el que
participa en la fiesta.
He dicho antes que es una fiesta de puertas abiertas y así
es como tenemos que ver la fiesta de San Fermín en Pamplona,
divertimento para todos en las calles, las botas de buen
vino, los cánticos navarros y el recorrido de las calles uno
y otro día.
Pero, además, San Fermín exporta siempre imagen al exterior.
No hay japonés, chino, inglés o americano que haya venido
una vez que no vuelva otra, otra y todas las veces que
pueda.
Los encierros representan el comienzo y el emblema de estas
fiestas; unos encierros que perfectamente controlados, no se
les escapan de las manos a los organizadores.
En los encierros se corre en paralelo, delante o detrás de
los toros que van a lidiarse por la tarde en la plaza, pero
en los encierros a nadie se le ocurre, además que no se lo
iban a consentir, mostrar un mínimo movimiento que implique
torear al morlaco que volverá a salir por la tarde, para,
entonces sí ser toreado con todas las de la ley en la plaza.
Expertos en el mundo de los toros, y expertos,
especialmente, en lo que son los encierros, una vez que esto
ha terminado, los toros son conducidos a los corrales, para
más tarde ser enlotados, ser sorteados y tras esto
encerrarlos en los chiqueros.
En esto último, como en las corridas, sean donde sean, en lo
anterior, “casi” único. Y he dicho casi, porque llevamos
varios años que algunas otras poblaciones, aunque sin la
solera de Pamplona, también organizan sus encierros por la
población: San Sebastián de los Reyes, por ejemplo, Cuellar
... .
Naturalmente que una fiesta digna, bonita, interesante y con
animales de por medio, no va a ser vista de “color de rosa”
por todos, y no creo que tardemos muchas horas en que algún
grupo de esos que se llaman “defensores... de nada” trate de
dejarse ver, posiblemente con alguna de sus “pancartas
ambulantes” en defensa de los animales.
Esto, como es repetitivo, ya no asusta, ni extraña a nadie,
y es que cada uno vive de lo que puede, si es honradamente
mejor que mejor, pero claro, cuando aparecen estos grupetes
que nunca hicieron nada claro por la defensa, de verdad, de
los animales, de las flores o de las mismísima mariposas,
cuando aparecen en Pamplona, en Guadalajara o en Sotillo de
las Palomas, a mí, particularmente, me resultan tan
desagradables que como mínimo me dirigiría a ellos con
indiferencia o acaso con algo más, también.
Vuelvo a San Fermín, que es lo que me interesa hoy, y
quisiera que, precisamente, durante esta semana, esos
nubarrones que están empañando la política de esta
comunidad, se quedaran en simples nubes que, para nada,
cubrieran el buen temple, el humor y las ganas de fiesta que
hay en Pamplona.
Por consiguiente, que el “capotillo” de San Fermín, que
tantos percances ha evitado en los encierros cada año, lo
eche también el santo para frenar las ansias de ruptura que
hay en algunos grupos de la política de Navarra.
El comienzo ha sido bueno, el gentío parece que supera
incluso a los años precedentes, y las “ganas de vivir” que
aparecen en estas fiestas nos dicen que hay que prodigarse
en la defensa de lo propio y tratar de exportarlo a otras
latitudes.
Nunca viví plenamente esta fiesta, a lo largo de toda la
semana, pero nunca he sentido, con una fiesta ajena los
impulsos que San Fermín empuja a todos sus visitantes.
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