Me encantan que lleguen los
domingos porque, esos maravillosos días, me permiten darle
un descano a este peazo de cuerpo que no se pue aguantá.
Además, los domingos, me permiten poner en orden no sólo mis
cosas sino mis ideas que, por cierto, no son tan malas como
a algunos les gusta decir.
A veces aparco mis ideas y en un alarde de facultades
mentales, cosas de las que otros carecen, me dedico a trata
de adivinar las ideas que van a poner en práctica,
precisamente, esos que opinan de mis malas ideas. Oiga,
amigo guardia, no es que tengan malas ideas, que son
desastrosas, es que no tienen ni idea. Así pasó lo que pasó,
que con Platón murió el mundo de las ideas. Total para lo
que valen las ideas, hoy día, quizás sea mejor porque de esa
forma pueden seguir en el machito aquellos que no tiene
ni…idea.
No sé por qué me viene a la memoria, Ángel Gómez. Ya caigo,
porque ha vuelto a ocupar su puesto con la formación de este
nuevo gobierno. Cosa que me alegra porque, siempre, siento
un respiro de aire por los éxitos conseguidos por mis amigos
y, Ángel Gómez, lo es desde cuando pareció por estos lares.
Por cierto, tengo que decir y digo, para general
conocimiento, que critiqué una de sus actuaciones, me
equivoqué y le pedí disculpas que, por cierto, me fueron
aceptadas. Pero, al mismo tiempo, tengo que aclarar que es
la única vez que he pedido disculpas por un error. Ya me lo
decía la sabia de mía babuela,”al mejor cazador se, le va la
liebre”.
Lo que le quería decir, a Ángel Gómez, antes de que se me
olvide que una vez más he acertado de pleno y él sabe porque
lo digo. O sea le felicito y, al mismo tiempo, le recuerdo
que los aciertos se pagan. Me debes una botella de buen
vino. ¿Estoy en lo cierto, Ángel?.
Y es que, aunque algunos no lo quieran creer, en plan de
acertar cosas antes de que pasen, no fallo ni una. Una de
las pocas cualidades que adorna este peazo de cuerpo danone.
Oiga, amigo guardia, no me va usted a creer pero, cada día,
siento la tentación de besarme. ¡Peazo de ególatra estoy
hecho!.
Qué si puedo acertar cosas que van a pasar de aquí a nada. O
sea, para aclararnos, en cuanto sus señorías vuelvan de las
vacaciones, con renovadas fuerzas y los abrazos de Vergara
empiecen a ser repartidos por doquier. Entre en juego las
envidias, alimentadas por quienes mejores que nadie saben
alimentar las envidias, al realizar la pregunta ¿por qué ese
y tú no, con todo lo que has hecho tú?.. Claro que, para
ello, habría que preguntarle a la calle qué a hecho ese y
qué has hecho tú porque, a lo peor, la calle no quiere ver
al tú ni en pinturas. Es el mayor error que cometen los tú,
que nunca le han preguntado a la calle qué opinan de ellos.
Mejor que no lo hagan, se llevarían una sorpresa muy
desagradable.
Y es esa calle, a la que tanto quiero, la que me marca las
pautas para poder acertar cosas antes de que pasen. Y puedo
asegurar que van a pasar, en cuanto algunos se quieran pasar
de listos en la misión encomendada, tratando de ser el niño
en el bautizo, el novio en la boda y el muerto en el
entierro. La egolatría es muy mala consejera, capaz de hacer
caer al suelo grandes castillos.
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