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cultura - DOMINGO, 8 DE JULIO DE 2007


Profesores de la promoción. NICOL´S

educación / fin de curso académico
 

Ochenta nuevos enfermeros

La Escuela Universitaria celebró la
despedida de la XXVI promoción
de diplomados. Adela Nieto y León
Molina, entre las autoridades del acto
 

CEUTA
Elsa Cabria
elsacabria@elpueblodeceuta.com

La XXVI promoción de la Escuela Universitaria de Enfermería vivió ayer su última despedida como alumnos del centro educativo. El anfiteatro de la Marina acogió, de 21 a 22 horas, el acto de clausura del curso académico y el punto final de la diplomatura de cerca de 80 personas de un conjunto de 101 estudiantes. Profesores, familiares y amigos completaron el aforo para celebrar un primer paso en los recorridos profesionales de los recién diplomados. La secretaria general del centro, Beatriz Aranda, fue la encargada de llevar la batuta del acto, acompañada de la recién nombrada consejera de Sanidad, Adela Nieto, del presidente de Cruz Roja, José Durán, y de Jesús Ramírez, director adjunto de la escuela.

En un “ambiente inmaterial de solemnidad”, tal como manifestó Aranda, decenas de estudiantes lucieron traje de gala para festejar una fecha marcada en rojo dentro de sus calendarios. Un punto y seguido en la marcha formativa de un grupo de estudiantes ceutíes y peninsulares que han dedicado tres años a prepararse académicamente. Así, frente al director provincial del Ministerio de Educación, Juan José León Molina, y nuevo el responsable del área de Consumo de la Ciudad, Manuel Blasco, entre otros, se entregaron las metopas , “como símbolo encerrado en forma condensada de la historia”, y se agradeció a los alumnos participantes en el programa ‘Perseo’ su colaboración.

A continuación, llegó el momento más esperado, ante la atenta mirada del público asistente, los estudiantes recibieron sus becas de manos de los profesores, algunos acompañados de familiares, pero la mayoría solos. Antes de concluir el evento, el delegado de la escuela dedicó unos minutos a recordar un tiempo pasado de vivencias universitarias en la ciudad autónoma. Desde los profesores más duros, pasando por los términos científicos tan complejos en un principio, las horas en la cafetería y los nuevos amigos.

Una noche de vestidos y trajes para ochenta futuros profesionales, entre los que destacaron por superioridad numérica las mujeres sobre los hombres. Todos ellos recibieron la misión de “estar al servicio de la sociedad” y “seguir colaborando en la labor humanitaria de Cruz Roja” una vez inicien su camino laboral, indicó Aranda. El acto se tradujo en un “largo momento de recompensa en el que se premió el esfuerzo y la dedicación” que han demostrado a lo largo de los últimos años. Tras la emoción del instante, llegó la satisfacción de las cosas bien hechas.
 

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