Permítanme de entrada llamar su
atención sobre dos noticias de ámbito internacional que,
aunque nos parezcan lejanas, son significativas. La primera
incide en nuestro relativo fracaso en Afganistán, país donde
pese a la presencia de tropas occidentales, según el Informe
anual sobre las drogas presentado por las Naciones Unidas el
pasado 26 de junio monopolizaría en la actualidad la
producción mundial de opio: así, si en 1.990 el porcentaje
era del 52%, subía una década más tarde al 70% alcanzando a
fecha de hoy el 92% del total mundial, concentrándose el 62%
del área cultivada en las regiones del sur controladas con
mano de hierro por el terrorismo islamista de los talibán,
que contarían de esta forma con una importante financiación
para continuar su “yihad” contra Occidente a la vez que
fondos para “exportar” la sharia medieval y el terror en
nombre de Dios al resto del mundo. La segunda noticia
estaría referida a Oriente Medio, donde unas taxativas
declaraciones de Matti Steinberg, ex responsable del “Shin
Beth” (contraespionaje israelí), parecen cerrar el paso a
cualquier negociación entre Israel y los extremistas
palestinos : “Hamás no será nunca un socio. No puede
reconocer a Israel ni tampoco aceptar una tregua. Quiere
general conflicto, no arreglarlo”. Sensatas palabras a tener
en cuenta.
El resto de la columna quería dedicarla a la importante
proyección de la Universidad española en el norte de
Marruecos, particularmente en dos históricas ciudades de la
misma: Tánger y Tetuán. En ambas, la Universidad
Internacional de Andalucía (UNIA) ha desarrollado estos días
-en estrecha colaboración con la universidad marroquí
“Abdelmalik Essaâdi”- su habitual programa de cursos de
verano, alcanzando un notable éxito según confirmaban
-satisfechos- varios de sus responsables anteayer por la
noche en un distendido encuentro organizado en la Residencia
del Cónsul de España en Tetuán, Javier Jiménez Ugarte, quien
no quiso dejar pasar la ocasión de saludar personalmente al
profesorado desplazado desde varias ciudades de Andalucía.
Otro flanco en la zona norte de Marruecos estaría cubierto
por el Aula Universitaria del Estrecho (AUE), cuyo
responsable en la región, el profesor Juan José Sánchez
Sandoval, es autor por cierto de un interesante libro sobre
“Sufismo y poder en Marruecos”. Finalmente el último
partenariado, tras la abortada experiencia de Tánger,
estaría asumido por la Universidad Nacional de Educación a
Distancia, UNED, entidad que ha firmado este curso académico
un convenio de colaboración con el Centro Cultural Lerchundi
de Martil, institución de carácter social y cultural
dependiente del Arzobispado de Tánger y que debe su nombre
al insigne arabista franciscano. Está todavía pendiente de
perfilar el ambicioso proyecto bilateral de la “Universidad
de los dos Reyes”, financiada por la UNED, de cuyo futuro
han hablado estos días en Madrid la comisión mixta formada
por responsables ministeriales marroquíes y españoles.
¿Puede Ceuta “encajar” de algún modo en el “espacio
universitario” que se está conformando -con activa
participación española- al otro lado del Tarajal? Al fin y
al cabo la Universidad de Granada (con extensión en Ceuta)
forma parte de la Universidad Andaluza, por no hablar del
Centro Asociado de la UNED -Universidad de Estado,
apostillo-, que ni pueden ni deben permanecer al margen.
Quizás hagan falta fórmulas imaginativas y atrevidas,
“tendiendo puentes” como diría Luis Planas, el embajador de
España en Rabat.
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