Ha faltado el canto de un euro, no
digo duro porque esa moneda, desgraciadamente no existe,
para faltar a la cita con ustedes. Menos mal que tuve la
suerte de coger el helicóptero por los pelos y llegar, con
el tiempo justo de escribir el asunto para hoy. Y ustedes se
preguntarán, por qué y de dónde venía para tener que coger
el helicóptero. La explicación es bien sencilla, de los
madriles, donde tenía una cita a la que por nada del mundo
hubiese faltado, la gran manifestación organizada por los
cómicos con el letrerito de “No a la guerra”. Jamás me
hubiese perdonado no haber asistido a la misma. Ha sido un a
gran manifestación donde, además de los cómicos, estaban
locutores famosos de las distintas cadenas de radio y
televisión y políticos de altura.
Todos unidos en un fin común el “No a la guerra”, que las
guerras son cosas una jartá de feas, donde mueren siempre
los mismos, los que menos tienen, por defender a los que más
tienen.
Además, este año, cuando se celebren los premios Goyas,
todos iremos con el letrerito de marras e incluso las
estatuillas de los Goyas las entregaremos poniéndoles el
letrerito colgado del cuello. ¡Pedazo de detalle que vamos a
tener los cómicos!. Oiga, amigo guardia, que uno pertenece
también al mundo de los cómicos. Eso al menos dice un carné
que tengo como artista profesional de variedades, desde hace
un montón de años. Hace tanto tiempo que ni me acuerdo dónde
lo he guardado.
No se pueden ustedes imaginar la emoción que he sentido
subiendo el Paseo de la Castellana, dándole grito de ¡¡No a
la guerra!!. Las gentes que abarrotaban el recorrido,
aplaudiendo a rabiar, dándonos gritos de ánimos y coreando
nuestro slogan. La emoción ha hecho resbalar por mis
mejillas abundantes lágrimas rebeldes.
La marcha de esta gigantesca manifestación la abría una
pancarta. Oiga, peazo de pancarta de tantos y tantos metros
de larga con el slogan de “No a la guerra”. La portaban,
entre otros personajes y personalidades del mundo de la
política, lo más representativo del mundo del espectáculo y
las grandes personalidades del mundo de la cultura y las
ciencias que se habían unido a nosotros.
No tengo palabras para volcar en este escrito, explicando
los momentos de emoción vividos durante el transcurso de la
manifestación, a la que han ido sumándose personas de todas
las clases sociales, haciendo imposible calcular el número
de asistentes a la misma, A ojos de buen cubero algo más de
cinco millones de personas. Algunos pueden pensar que soy
una jartá de exagerado, pero es la auténtica verdad. Tan
enfrascado estaba en la manifestación que hasta la quinta
ocasión, no me di cuenta de los golpes que me daba mi esposa
en las espaldas, mientras gritaba ¡Andrés, Andrés, despierta
y deja de gritar!
¡Joder! todo había sido un sueño. La verdad sea dicha, a
pesar de ser un sueño me había resultado bonito. Pensándolo
bien, el sueño tampoco tenía razón de ser, a igual que la
manifestación de los cómicos y demás personalidades. Ahora
no hay guerra. La guerra sólo la hubo en Irak. ¿O no?
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