Tarek Haddú Derraz es un joven de 28 años que lucha por
sacar adelante a su familia. Hace alrededor de un mes se
vieron obligados a abandonar el piso de alquiler en el que
residían por no poder hacer frente al mismo y actualmente
viven en la calle. Tarek se dedica al sector de la
hostelería con trabajos temporales, es el único que tiene
ingresos y vive junto a su madre, Hafida, su padre y su
hermano, ambos de nombre José.
El cabeza de familia de 45 años de edad, José, se encuentra
en el paro desde hace seis años, la madre, de 42, Hafida,
está desempleada y el hermano menor, José, tiene 14años.
Tal y como explicó ayer Tarek Haddú, el periplo de esta
familia para conseguir una vivienda con un mínimo de
condiciones de habitabilidad comenzó hace 15 años.
Tarek Haddú describió que “durante seis años nos alojamos en
una caravana compuesta de una sola cama de 80 centímetros de
ancho donde dormían mi hermano y mi madre; mi padre y yo lo
hacíamos en los asientos delanteros del vehículo”.
Seguidamente, continuó, “con la ayuda del Centro Asesor de
la Mujer, nos concedieron una ayuda para el alojamiento
consistente en 360 euros y del resto del pago del alquiler
me hacía cargo yo. Nos alojábamos en hostales, pensiones y
casas de alquiler, así durante los últimos diez años”.
Hoy en día, según las palabras del hostelero, “vivimos en la
calle, en un descampado situado al final de la calle Huelva,
y las condiciones en las que vivimos son pésimas: sin techo,
nuestros enseres personales recogidos en cajas sobre las que
dormimos, sin un mínimo de salubridad ni seguridad para
nuestras vidas y rodeados de mosquitos, ratas y con un
desamparo total”.
Alojamiento digno
El motivo que esgrimió Haddú Derraz para poner en
conocimiento de este medio la situación por la que atraviesa
su familia es que previamente “he agotado todas las vías
para poner en conocimiento de las autoridades nuestra
paupérrima situación y encontrar una solución: hemos
denunciado nuestra situación a la policía, a los asuntos
sociales, organismos públicos y al presidente de nuestra
Ciudad, entre otros”.
Según Tarek Haddú existen varias razones que le impiden
encontrar un alojamiento digno para mi familia. “La
principal es la económica, ya que no podemos pagar las tres
mensualidades que nos piden las inmobiliarias de nuestra
ciudad, la más barata era un total de 1.500 euros y el único
sueldo que entra en mi familia es el mío, con el cual proveo
a mi familia de comida, vestuario, medicinas y cualquier
otro gasto que normalmente tiene un grupo familiar”.
Finalmente, Haddú manifestó que “creo que al ponerlo en
conocimiento público conseguiría contactar con un posible
arrendador o que las autoridades competentes se
concienciaran de nuestra pésima situación actual y actuara
en consecuencia”.
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