Se esperaba algo así. El presidente del Tribunal, el
magistrado Manuel Grosso explicó pasadas las 10’00 horas
[media hora más tarde del previsto inicio de la sesión de
ayer] las razones por las que una a una, admitió las
solicitudes realizadas en la última jornada tanto de la
acusación particular y la fiscal, como de la Defensa, de
nuevas testificales que fueron rechazadas inicialmente en
las primeras sesiones por estos mismos actores.
Grosso, en el inicio de la vista pública, admitió la
presencia como testigos del ex comisario, Fermín Diego y del
editor del Faro, Rafa Montero, solicitados por la fiscal
“para atender en justicia y evitar posibles argumentos de
indefensión” en el esclarecimiento de la verdad. Ambos
testigos son considerados por el banco de la acusación como
piezas imprescindibles para entender y aclarar situaciones
que habrían quedado durante el proceso con un buen margen de
ambigüedad. Montero habría sido el que avisó a Tesón del
informe preparado por la Policía para la Delegación del
Gobierno tras que éste escuchara a la directora Echarri la
versión de lo que dijo haber oído en un despacho de la Plaza
de los Reyes.
Del mismo modo, y en su argumentario, el magistrado se
refirió a la presencia de la juez, Begoña Cuadrado, titular
del Juzgado de Instrucción número 2 de los de Ceuta en
aquellos tiempos, como testigo. “No es nada ususal que un
juez de instrucción comparezca como testigo en una causa.
Pero a la vista de la insistencia del Ministerio Fiscal y
con el fin de evitar futuras dudas al respecto, se ha
acordado su comparencencia”. Algunos de los testimonios que
han comparecido a lo largo de este juicio, se han referido a
las supuestas quejas y lamentos de Cuadrado a la “excesiva
acción correctora” que supuestamente habría ejercido Tesón
durante la instrucción del sumario 5/2000 seguido por el
asesinato del ‘Kimbi’. Por ello, y tras las petición,
inextrémis, de la fiscal, el Tribunal ha decidido admitirla
como testigo para “esclarecer la verdad material” de los
hechos.
La cinta
De igual modo, se admitió la presentación de una grabación
telefónica, aportada por el jefe del gabinete de prensa,
Roberto Franca, de una conversación quince días antes del
inicio del juicio con el periodista de El País, José María
Irujo en el que al parecer exculparía a Franca de cualquier
relación con la filtración.
Antes de proceder a su admisión como prueba, el presidente
del tribunal pidió oir la grabación a puerta cerrada. El
abogado del Estado presentaba un CD con el momento de
especial interés de la conversación, sin embargo, la
aportación solicitada [además del CD] fue del máster, es
decir, de la grabación completa realizada por un móvil. Algo
que entregó el propio Franca al tribunal.
Después de casi veinte minutos a puerta cerrada y la
deliberación posterior, Grosso explicó en audiencia pública
que “tras oir el contenido de la grabación” y por la
incidencia que ésta pudiera tener con posterioridad, “se
admitía como prueba”.
Dicho ésto, Manuel Grosso ordenó el aplazamiento de la Vista
hasta los primeros días de septiembre al objeto de poder
citar en tiempo y forma a todos los testigos solicitados.
De tal modo que se fija para el próximo 6 de septiembre a
las 10’00 horas de la mañana el interrogatorio a los tres
testigos: Fermín Diego, Rafa Montero y la juez Begoña
Cuadrado, asi como la escucha de la grabación de la
conversación de Franca e Irujo. Al día siguiente, 7 de
septiembre, será el turno de los alegatos tanto de la
acusación como de la defensa antes de dejarlo visto para
sentencia.
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