Como cualquier españolito de
tantos, en estos tiempos de interés por la política, nos
ponemos a presenciar el debate sobre el Estado de la Nación
esperando que, por parte del Presidente del Gobierno Sr.
Rodríguez Zapatero y del representante de la oposición Sr.
Rajoy Brey, se nos dieran unas explicaciones, por un lado,
de lo hecho o cumplido de su programa electoral y, por otro,
de los problemas y las insuficiencias sociales y económicas
de que adolece el Gobierno.
Y nos encontramos con que Rajoy nos ofrece un discurso que,
salvo algunas consideraciones de tipo general (el reparto
del agua, la educación, consenso del parlamento, la pérdida
del poder adquisitivo, el terrorismo, en una palabra, la
falta de un diseño de Plan de Gobierno), trata del
menosprecio por la sociedad de su adversario, mencionando
que “navega sin llegar a ningún puerto, que se ha limitado a
exponer en clave electoralista y demagógica las excelencias
de lo realizado por el Gobierno del Partido Socialista, que
le ha engañado a él, a los miembros de su partido y al
pueblo español por no dar conocimiento ni explicaciones de
las conversaciones con ETA, que el estado de la política
española es lamentable por su culpa, que no ha mejorado en
muchos parámetros la vida de los españoles poco menos que
porque no esta preparado para ello, que ni la España real ni
el Gobierno responden a lo que Zapatero ha expuesto, que
necesita exportar solvencia”, y otros eccéteras.
Por parte de Zapatero, en su primera intervención se hace un
panegírico de la actuación del Gobierno como la “mejora de
la tasa de paro, el crecimiento económico registrado, la
estabilidad de precios, la bajada del índice de la
temporalidad, las expectativas sociales para mayores, el
reparto solidario del crecimiento económico y la noticia
bomba: la dotación de 2.500 euros a cada pareja que a partir
de ahora tengan un hijo, aun cuando no sean sus padres de
nacionalidad española pero que se encuentren legalmente
establecidos en España. Pero, en su segunda parte, se lanzan
toda clase de improperios personalizados al opositor, “con
conocimiento de causa” pues para algo llevaba escrito el
discurso de réplica, sus “nulas actuaciones cuando ejerció
de Ministro de Administraciones Públicas, de Interior, de
Educación y Vicepresidente del Gobierno, acusándolo de
infundios, graves insidias y visiones apocalípticas de la
política, hasta de haber mantenido un estilo faltón y
despreciativo”.
Llegado a este punto y dado que en vez de un debate del
Estado de la Nación aquello parecía convertirse en una
discusión de hinchas entusiastas de equipos de fútbol,
optamos por dar un “repaso” a los canales de la TV y nos
encontramos con que en uno de ellos ofrecían la “Guerra del
Urogallo” en época de celo y nos pareció mas interesante que
“el debate” y así nos enteramos entre otras cosas (“el saber
no ocupa lugar”), que forma parte de la familia de los
tetraónidos (patas de tres dedos) y del orden de las
gallinoformes, de su coloración, de las épocas de puestas de
huevos, del tiempo de incubación…
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