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ACTUALIDAD - JUEVES, 5 DE JULIO DE 2007


El Ex delegado Luis Vicente Moro. mz.

tribunales (II) / caso tesón
 

La verdad se bifurca

El inspector Peire niega haber dicho “nada” de lo recogido en el informe policial sobre Tesón, como habían asegurado Del Valle y Arévalo. Todos los testigos de la acusación afirman que la nota no recoge más que “falsedades”. Tesón, elogiado por sus colegas, insiste en que Moro pidió la nota en su “trama” contra él por no someterse a sus dictados
 

CEUTA
Gonzalo Testa

gonzalotesta
@elpueblodeceuta.com

Llegaron Peire y Tesón y apagaron el ventilador. La segunda sesión del juicio que acoge la Sección VI de la Audiencia Provincial de Cádiz en Ceuta para dictaminar qué papel tuvieron el ex delegado del Gobierno, Luis Vicente Moro; el ex comisario Alejandro Del Valle; el ex jefe de la brigada de la Policía Judicial, Mariano Arévalo y el jefe de Prensa de la Delegación, Roberto Franca en la elaboración y posterior filtración efectiva del mismo a EL PAÍS y presuntamente frustrada a EL FARO de Ceuta.

La sesión del lunes, cuando declararon los cuatro acusados, sirvió para que quedase claro que: a) Moro encargó una “nota informativa” o “de ambiente” a Del Valle; b) que éste le dictó su contenido a Arévalo sobre las informaciones aportadas por el entonces jefe de la Unidad de Delincuencia y Crimen Organizado (UDYCO) en Ceuta, José Luis Fernández Peire; c) que el fin de la misma era informar a Interior de la “inquietud” y “alarma” que generaban en los Juzgados de Instrucción y muy especialmente en el número 2 generaban las resoluciones de la Audiencia; y d) que el único original del texto se guardó “como oro en paño” en el cajón de Moro y llegaron sendas copias al CGPJ y a la Subdirección General Operativa de la Policía Nacional.

Ayer, cuando les llegó el turno a la primera tanda de testigos propuestos por la acusación particular, ejercida por el propio Tesón con la asistencia letrada de Francisco Baena Bocanegra, los dos grandes ejes del proceso llegaron a sendos callejones sin salida.

Sobre el proceso de elaboración de la “nota informativa” el inspector Peire negó todo lo dicho por Del Valle y Arévalo y aseguró que él no dijo “nada” de lo incluido en el informe que acabó siendo publicado por EL PAÍS. Es más, aseveró bajo juramento que no tuvo conocimiento de la existencia del controvertido informe hasta que apareció en la prensa. Los letrados de la Defensa, que ayer comenzaron a explicitar en voz alta su malestar con algunas decisiones del Tribunal, solicitaron un careo con sus antiguos superiores, pero el magistrado Manuel Grosso, que preside la Sala, lo rechazó.

En cuanto a la filtración de su contenido a EL PAÍS o a cualquier otro medio de comunicación, iniciativa en la que los cuatro acusados negaron rotundamente el lunes haber participado, varios testigos contradijeron el testimonio de Franca a pesar de que el redactor de la información, José María Irujo, se acogió a su derecho al secreto profesional para no revelar sus fuentes “ni por exclusión ni por inclusión”.

Agarrado al “no me acuerdo” en su declaración Irujo no accedió siquiera a decir con quién había contrastado el informe aparte del propio Tesón, que después le acusó de “mezclar” sus respuestas, pero resaltó que el contenido de su información le sigue pareciendo “necesario y veraz”, dejó caer que sabe más de lo que dice y reconoció que ya había indagado sobre el juez previamente. Al término de la ronda de preguntas, el abogado del Estado propuso aportar como prueba una grabación obtenida por Franca [según Irujo sin su conocimiento] de una conversación telefónica entre ambos donde presuntamente el reportero le exculpaba, aunque el Tribunal no la aceptó.

Sin embargo, la directora de EL FARO, Carmen Echarri, repitió en la Sala de Vistas, primero a preguntas de los letrados y después en un mini-careo con el jefe de Prensa, lo que ya había dicho en las diligencias previas. Esto es, que Franca la citó en la Delegación del Gobierno una tarde, entre una y dos semanas antes de su publicación en la cabecera del Grupo PRISA (21/04/2002), y que ambos escucharon cómo la ex jefa de Gabinete de Moro, la difunta Elena Sánchez, le leía el informe policial.

Minutos después, el delegado del Diario SUR en Ceuta, José Carlos García, que por aquel entonces ejercía como jefe de Local en EL FARO, completó su testimonio asegurando tener constancia de que también fue Franca quien pidió por teléfono a la redacción del diario decano una fotografía del juez “para el diario EL PAÍS” dos días antes de que apareciese la noticia publicada.

Muchas menos novedades que ambos aportó a la sesión el ex subdirector general operativo de la Policía Nacional, Pedro Díaz Pintado, uno de los que tuvieron en su poder el informe. Se limitó a denigrar la redacción y la trascendencia de la nota, a situar su contenido en “conversaciones de barra de bar” y a negar “por supuesto” que se la hubiese facilitado, ni él ni su equipo, a ningún periodista.

“Esta nota no es mía”

El primer plato fuerte de la sesión fue, no obstante, la declaración del actual responsable del Grupo de Seguridad Privada y Juego de la Policía Nacional en Ceuta, José Luis Fernández Peire, al que el lunes no dejaron de aludir en sus declaraciones Del Valle y Arévalo, que acabaron señalándole como fuente única de todo lo recogido en la “nota informativa” y promotor con sus “enredos”, según el ex comisario, de proceso en curso.

Ayer, Peire negó punto por punto lo dicho por sus ex superiores, a los que en los prolegómenos de su declaración se refirió como “amigos”. De entrada, asumió que, como era su deber profesional al frente de la UDYCO, despachaba con Del Valle y Arévalo indistintamente “juntos o separados”, pero a partir de ahí se distanció de la senda marcada por las declaraciones de ambos. En primer lugar aseguró no haber hecho “nunca” un informe interno sobre el devenir de la instrucción del ‘caso Kimbi’. Después negó que la instructora del mismo, la jueza Begoña Cuadrado, supuestamente la más “dolida” y “afectada” por Tesón, le dijese “nunca” que se sentía “bombardeada” o “presionada por la Audiencia. Además, rechazó haberle dado jamás, tanto él como la propia jueza, “la más mínima importancia” a que el presidente de la Audiencia pasase o no en chándal por los juzgados [como ponía en el informe, aunque Tesón lo negó rotundamente] los fines de semana.

“Yo no dije ni que Tesón fuese a los juzgados con vestimenta impropia, ni que hubiese un malestar por haberle devuelto a ‘Mario’ su pasaporte, ni que el presidente de la Audiencia se interesase por procedimientos que no eran suyos ni que se entrometiera en los Juzgados de Instrucción”, apuntó el inspector, quien dijo no entender “nada”.

“Si todas esas quejas viniesen de los órganos judiciales creo que ellos tendrían una capacidad mucho mayor que yo para actuar en consecuencia”, se justificó Peire, que dijo no saber tampoco “nada” de la famosa cena institucional del 12 de febrero en el Parador La Muralla ni de que los ‘narcos’ visitasen a Tesón en su despacho o que este se refiriese a los implicados en el ‘caso Kimbi’ como “pobrecitos”.

O sea, que nada de nada. Y además, que él siempre firma las ‘notas informativas’ que elabora (“claro que se firman”, enfatizó) y que además se archivan, máxime cuando se trasladan a Madrid, dos circunstancias que Del Valle y Arévalo también negaron el lunes.

“Todo es falso”

El otro testigo protagonista de la jornada fue el propio Fernando Tesón, que abrió la sesión de tarde en la Audiencia. El magistrado fue el único de los testigos que han prestado declaración hasta ahora en el juicio que se personó en la Sala con documentación bajo el brazo.

Sólo recurrió a ella para contextualizar el famoso artículo de 21 de abril de 2002 de Irujo con otros dos, firmados por pluma del mismo periodista, cuyo rigor también redujo a la nada, pero su intervención no tuvo desperdicio en tanto que no sólo dejó claro que, a su juicio, incluso había ayudado a su presunta máxima enemiga, Begoña Cuadrado, con algún que otro auto inmotivado de su Juzgado, sino que además perseveró una y otra vez en su tesis fundamental: que el ex delegado del Gobierno en Ceuta organizó una campaña en su contra por no someter sus resoluciones a sus dictados.

Tesón recordó que Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) nunca le abrió un expediente sancionador, sino unas diligencias informativas a raíz de la información de EL PAÍS que fueron las que, trasladadas a la Fiscalía, iniciaron el proceso en curso y subrayó que todo lo que se escribió de él en Comisaría y después se transcribió en el periódico “no sólo no se corresponde con la realidad, sino que la contradice”.

Como “absolutamente falso” definió la acusación de que alguna vez presionase de alguna manera a Cuadrado: “La veía por la calle y me paraba, lo normal, como con cualquier otro compañero”, indicó después de reconocer que la había llamado para que redactase de nuevo algún auto de prisión que la Audiencia iba a anular para que el preso no saliese de prisión.

También se remontó a algunas de sus sentencias contra insignes ausentes del juicio como ‘Abdelilah’, cuyo nombre de deja de mencionarse mañana y tarde, para demostrar que “no ha habido ningún tipo de impunidad” judicial en Ceuta y tildó de “infamia” el que se publicase que iba en chándal por los Juzgados. “Jamás lo he hecho”, remachó sin dejar de hilvanar todo lo que se le planteaba como episodios encadenados de la cruzada que, a su juicio, emprendió contra él Moro y la plana mayor de la Policía Nacional en Ceuta. “Si funcionasen los Servicios Internos esto hubiera terminado en dos minutos”, advirtió.

“Sufrí una presíon bestial e inadmisible”, resumió Tesón, quien además acusó a Moro y compañía de haberle situado “en el punto de mira de parte de la delincuencia de Ceuta” desde que su “trama”, que según dijo incluyó la manipulación de escuchas telefónicas de otros sumarios, le llevó a la portada de EL PAÍS.

La ‘otra cena’

Más jugosas aún en la teoría de la conspiración para desprestigiarle que denuncia la acusación fueron sus revelaciones sobre una cena a la que fue invitado por Moro a su casa junto a Vivas y su esposa (que no acudieron) y Toñi Palomo y su marido. Allí, relató Tesón, Moro le confirmó que Irujo había indagado sobre sus propiedades inmobiliarias en el Registro de Sevilla, pero que el asunto estaba controlado. En medio de su testimonio, con ostentosos movimientos de cabeza hacia su letrado, Ignacio Peláez, el ex delegado rechazó sus palabras, por lo que fue reconvenido por el Tribunal.

Esa fue la ‘otra cena’, ya que el gran cenáculo de este juicio es el del 12 de febrero de 2002. Ayer pasaron por la Sala cuatro de los asistentes a la misma: el propio Tesón; el juez decano de la ciudad, Juan Domínguez Berrueta; y el fiscal jefe local, José Luis Puerta. Todos ellos coincidieron en un detalle de la sobremesa: el “agrio” reproche que Moro dedicó al magistrado en presencia, entre otros, de Vivas, dos vocales del CGPJ y el presidente del TSJA [todos estos declararán hoy] a causa de tres autos de la Audiencia bajo la advertencia, refirieron, de que “todos os vais a acordar de esta cena; EL PAÍS [Berrueta y Puerta dijeron no recordar que citase un diario en concreto] está preparando algo que pude parar una vez y ahora no lo voy a hacer”. Tanto a Tesón como a Puerta la frase les sonó a “amenaza” y a “coacción”, pero ninguno de los dos actuaron ante el CGPJ para preservar su independencia, un detalle en el que la Defensa trató de encontrar un clavo al que agarrarse.

Un “buen juez”

De acuerdo con lo oído en la Sala, los tres autos de la discordia eran los que habían llevado a la cárcel a ‘Piti’, el testigo protegido del ‘caso Kimbi’; el que había permitido la salida de prisión el 3 de diciembre de 2001, un día antes de que se ordenase la elaboración de la “nota informativa” de la polémica, de ‘Abdelilah’ y ‘el Chino’ y la devolución de su pasaporte a ‘Mario’, que así pudo viajar a La Meca.

Sin embargo, todos los demás testigos del ámbito judicial que comparecieron ayer renegaron de la legitimidad de estos reproches. Berrueta, Puerta, los ex magistrados de la Audiencia Antonio Navas, Luis de Diego y José María Pacheco; la secretaria judicial Josefa Vilar y la funcionaria Inmaculada Jiménez Gómez coincidieron en que jamás se les hizo llegar ninguna queja por su presión sobre los mismos de los Juzgados de Instrucción; en que nunca percibieron “alarma social” por los autos o resoluciones de Tesón, que además siempre les parecieron motivados y “justos”; en que nunca vieron al magistrado recibir a narcotraficantes y, en suma, en que es “un buen juez”.

Hoy, cuando está previsto que concluya la vista oral, están citados a declarar testigos tanto de la acusación como de la defensa. Entre ellos se cuentan el presidente de la Ciudad, Juan Vivas; el presidente del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), Augusto Mendes de Lugo; el presidente de la Audiencia Provincial de Cádiz, Lorenzo del Río; el ex delegado del Gobierno en Melilla, Esteban Gutiérrez; el ex secretario de Estado de Seguridad, Pedro Morenés; y los vocales del CGPJ Juan C. Campos Moreno y Faustino Gutiérrez Alviz.
 

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